
El piloto polaco consiguió la impensada hazaña manejando un Skoda Superb 2.0 TDI y logró un hito que maravilló al mundo del automovilismo por cuenta de su magnitud.
Este sedán diésel, perteneciente al Grupo Volkswagen, demostró que los motores de combustión aún pueden alcanzar niveles de eficiencia sobresalientes frente a los eléctricos e híbridos, detalla el portal Motor1.
La travesía del Skoda comenzó en Łódź (Polonia) y cruzó Alemania, Francia, Bélgica y los Países Bajos antes de regresar a territorio alemán.
El vehículo utilizó un tanque de 66 litros y alcanzó un consumo promedio de 2,61 litros cada 100 kilómetros, equivalente a unos 144 kilómetros por galón, muy por debajo de la cifra oficial de fábrica.




Marczyk realizó ajustes menores, como instalar llantas de baja resistencia y reducir la altura de la suspensión, para optimizar la aerodinámica. Mantuvo una velocidad promedio de 80 km/h y un estilo de conducción suave para maximizar la eficiencia, añadió ese medio.
El piloto señaló que planea romper su propio récord y alcanzar los 3.000 kilómetros en un próximo intento, con mejores condiciones climáticas y combustible diésel premium.
La hazaña reaviva el debate sobre el futuro de los motores de combustión en Europa, donde se planea prohibir su venta a partir de 2035, resalta esa publicación.
Cuántos años tiene la marca Skoda
Skoda es una de las marcas automotrices más antiguas de Europa, con una historia que se remonta a 1895 en Mladá Boleslav, República Checa.
Fue fundada por Václav Laurin y Václav Klement, quienes comenzaron fabricando bicicletas antes de producir sus primeras motocicletas y, posteriormente, automóviles bajo el nombre Laurin & Klement.
La empresa ganó reconocimiento por su calidad y espíritu innovador, convirtiéndose en uno de los fabricantes más importantes del Imperio Austrohúngaro.
En 1925, tras la Primera Guerra Mundial, la compañía se fusionó con el grupo industrial Skoda Works, adoptando oficialmente el nombre Skoda Auto. Durante la Segunda Guerra Mundial, la empresa fue nacionalizada y sus fábricas se destinaron a la producción militar.
En la etapa comunista de Checoslovaquia, Skoda continuó fabricando autos accesibles y resistentes, aunque con limitaciones tecnológicas. Tras la caída del bloque soviético, en 1991, el Grupo Volkswagen adquirió una participación mayoritaria, marcando un punto de transformación.
Con el respaldo alemán, Skoda modernizó su ingeniería, diseño y procesos de producción, convirtiéndose en una marca global de gran prestigio.
Hoy, combina tradición y tecnología con modelos eficientes y confiables, consolidándose como una pieza clave dentro del grupo Volkswagen y un símbolo del renacimiento industrial checo.
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