Además de portar ropa cómoda, los practicantes deben llevar dos botellas de la bebida. Estas se toman mientras se hacen las diferentes posturas del yoga, publica El País, de España.

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Al preguntársele a Jhula, una de las creadoras de esta práctica, sobre ¿cómo se le ocurrió la idea?, ella contestó a este medio:

Muy fácil: Me encanta hacer yoga y soy profesora oficial, pero también me gusta beber cerveza”.

Los participantes, sentados en el suelo en la posición de loto, escuchan la voz de Jhula antes de comenzar la meditación:

Ahora cerrad los ojos y agarrad vuestro botellín. Sentid la etiqueta, lo fresquita que está la cerveza dentro, sed conscientes de su olor… y bebed un sorbito”.

Hay otras posturas más difíciles como la de tener que agarrarse el pie, inclinarse hacia adelante y al mismo tiempo beber de la botella, señala el diario español.

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También se hacen ejercicios en pareja. Al final, llega un momento en que todos los presentes empiezan a reírse, resalta el informe.

Finalmente, se le preguntó a Juhla si este ejercicio podría ser peligroso, ella respondió:

Hay cosas mil veces peor que esto, y la gente en todo caso se emborracha igual en los bares y a veces hacen cosas mucho peores.

Esta práctica tiene lugar en una antigua fábrica de cervezas en el centro de Berlín, donde se concentran clubes y oficinas.