Las últimas estadísticas revelan que el 40% de las personas del planeta está conquistando por redes (en el caso de los homosexuales es del 60%) y llevando la virtualidad de las relaciones a lo presencial.
Tinder tiene más de 4 millones de suscriptores y esto aumentará porque es la tendencia marcada en nuestras relaciones sociales.
Voy a ser sincera: contactar con alguien por redes puede resultar cómodo y rápido, se hace desde cualquier teléfono o pantalla y permite entrar en contacto en cualquier momento y sin previo aviso.
Evita desplazamientos, gastos por comunicarnos (recuerdo las cuentas de teléfono que pagaron mis papás en mi adolescencia) por intercambiar nuestras opiniones, gustos y todo lo que queremos compartir sobre nuestra identidad a nivel digital.
Hasta ahí va todo en orden. En este primer estadio nosotros podemos decidir si seguir adelante con la relación, si esa persona nos gusta, nos interesa, nos parece indicada para nosotros y si nos gustaría conocerla personalmente. Y aquí es cuando hay que encender el protocolo de cuidados para protegernos.
En Internet hay el mismo número de locos que hay en el mundo real, el problema es que por estar detrás de las pantallas, se camuflan mejor.
Yo soy partidaria de conocer a las personas de Internet, siempre con vista de halcón para ver rasgos que no nos gustan en las personas que salen de las aplicaciones o páginas de contactos.
Ni es oro todo lo que brilla, ni son todos unos dementes.
Por eso es muy importante que tengas en cuenta estas precauciones a la hora de quedar con las personas que aparecen por Internet.
Las citas han de hacerse siempre lugares públicos: un consejo de mamá que te parecerá el mejor cuando veas los problemas que llegan a mi consulta por encuentros peligrosos con internautas salidos de apps o redes. El mejor lugar es aquel que te permita acceder y salir rápidamente a él, en caso de que la persona no te guste o que ocurra cualquier giro maluco.
Piensa en cafeterías, librerías, restaurantes o sitios donde vayas a encontrarte con más gente, no elijas sitios creativos como “el árbol caído del parque” o sitios abandonados u oscuros.
Comunica a una amigo o familiar tu ubicación
Antes de ir a tu cita déjale tus datos a un amigo o familiar y dile dónde vas a estar y con quién. En el momento de llegar al sitio notifica que has llegado, comparte tu ubicación y manda un mensaje cuando la cita haya terminado. Esto permitirá saber de ti y también es la garantía de que alguien conoce tus planes y dónde te has metido. Algunas ciudades, por muy seguras que se vean, pueden ser peligrosas y normalmente las personas van solas a estos encuentros. No te juegues el pellejo por una cita de Internet.
Mejor de día que de noche
Para tu primera cita siempre es más seguro quedar en las horas centrales del día o incluso en la mañana. Esto es una garantía para ti, pues los planes a estas horas te permitirán escuchar mejor a la persona, verla con claridad y tener una conversación distendida sin necesidad de hacer uso del horario nocturno, más propio de las discotecas, los bares y todo lo que pueden conllevar. Hay planes muy divertidos que se pueden hacer de día: desde ir a tomar café, recorrer un mercadillo, montar en bicicleta, ir a almorzar o a comerse un helado a un centro comercial son opciones que puedes poner en práctica y que son de poco riesgo.
No es el día para ir a conocer su casa
La primera cita es para ver si esa persona te gusta, te interesa y te puede llegar a encajar. No siempre las primeras citas funcionan. De hecho son menos de la mitad las que llegan a buen puerto. Tanto si esa persona es tu nuevo ‘crush’, como si es un nada que ver, mi consejo es que te mantengas lejos de conocer su casa o de mostrarle la tuya. Esto puede complicar las cosas y llevarlos a terrenos íntimos que no tienen cabida en la primera cita.
Duración de un partido de fútbol
Una primera cita tiene que ser lo suficientemente larga para que la persona te guste y te emocione, y lo suficientemente corta para que quedes con ganas de más. ¿Quieres saber mi consejo sobre su duración? El tiempo perfecto para una primera cita es el mismo de un partido de fútbol, 90 minutos, sin prórroga. Es el tiempo perfecto para conseguir el efecto ideal sin pasarte.
Ropa bien elegida y sin pasarte de sexy
Para la primera cita aconsejo que seas tú, que no intentes ir con ropa que no usas nunca, incómoda o demasiado sexy.
Sé tú y permítete mostrarte como eres, sin exigencias por parecer otra persona. Si eres súper sexy en el vestir, en esta primera cita es conveniente que recuerdes que esta persona no te ha visto nunca y que, si no te gusta nada, se vuelva cansón estar a su lado. Se trata de que los dos puedan verse, hablar, conversar y entablar una charla distendida para conocerse mejor.
Mira cómo te habla
Lo bueno de conocer a alguien de cuerpo presente es que podemos acceder a todo lo que dice con su boca y todo lo que dice con su cuerpo. Esto es clave para la comunicación porque el lenguaje no verbal (matices, señales, respiración, tono, voz, movimiento corporal) representa el 93% de la comunicación y el verbal apenas un 7%. Si quieres conocer a alguien, analiza cómo se mueve, cómo te mira, cómo se sienta y cómo se dirige a ti. Esto es clave y es la parte que hace que muchas personas sean unos cracks en la pantalla, pero no sean tan magnéticos en la vida real. Lee señales y acertarás.
Estas recomendaciones son útiles para ti y para tus amigos en una primera cita, síguelas y compártelas si tu o tus amigos están a punto de conocer a alguien y recuerda que toda cita es una nueva oportunidad para ti, aprovéchala. ¡Que tengas suerte!
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