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Los cálculos renales afectan al 10 % de la población en algún momento de su vida. Son también llamados nefrolitis o urolitiasis. Son depósitos duros hechos de minerales y sales que se forman dentro de estos órganos. Dicen cuáles son las razas de perros más propensas a tener cáncer y cómo prevenirlo.
Ellos se forman generalmente cuando la orina se concentra por lo que los minerales se cristalizan y se juntan.
¿Por qué aparece la enfermedad? La dieta, el exceso de peso corporal, afecciones médicas y ciertos suplementos o medicamentos. Estos afectan, según la Mayo Clinic, cualquier parte de las vías urinarias: desde los riñones hasta la vejiga.
(Vea también: El dolor y por qué a todos nos puede doler diferente)
Expulsar los cálculos suele ser muy doloroso para las personas y a veces se deben tomar analgésicos y mucha agua para poder sacarlos. Sin embargo, estos no suelen ocasionar daños permanentes si se detectan a tiempo.
Si causan complicaciones es posible que se requiera de una cirugía para extraerlos.
La orina con cálculos renales
En estos casos, la orina puede tornarse de color rosado, rojo o marrón; puede ser orina turbia y olor desagradable.
Además, si se tienen cálculos en los riñones también podría sentir una necesidad constante de orinar y hacerlo en pequeñas cantidades.
(Lea también: Así es vivir con falla renal crónica: la importancia de cuidar los riñones)
Los principales síntomas de esta afección son dolores en los costados, aunque puede trasladarse a otras zonas o aumentar su intensidad; náuseas, vómitos y fiebre, dado el caso de que exista infección.
Si presenta síntomas de cálculos en los riñones, debe acudir al médico para indicarle el tratamiento a seguir.
Hay que recurrir a atención inmediata si presenta dolor intenso si no puede sentarse en posición cómoda, dolor acompañado por náuseas y vómitos, fiebre, escalofríos, sangre en la orina o dificultad para orinar.
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