Todos tenemos un par de zapatos que no nos queremos quitar, y creemos que dicha prenda combina con todo, y no solo eso, probablemente son lo más cómodos que se pueden encontrar en el armario, pero esto no es higiénico, ni muchos menos adecuado, debido a que esto puede causar mal olor en los pies y además de eso, el sudor y la humedad en los pies aumenta debido al uso excesivo de las zapatillas, y además de ello puede provocar hongos.

Usar diariamente el mismo par de zapatos puede provocar lesiones. Si solo usa un par de tenis para hacer ejercicios, aumenta el riesgo de lesión, pues con el paso del tiempo los materiales que conforman el zapato pueden deformarse o arruinarse y por eso dejan de brindar el soporte adecuado a los pies.

Según un estudio de National Institutes of Health (NIH) usar el mismo par de zapatos días seguidos es la principal causa de enfermedades como el pie de atleta. “Infección fúngica que generalmente comienza en los dedos del pie. El pie de atleta suele presentarse en las personas cuyos pies sudan demasiado cuando usan zapatos cerrados”.

(Vea también: Uso de vapeadores y cigarrillos electrónicos sigue siendo un riesgo; así afecta su salud)

Por lo menos el 39 % de las mujeres usan diariamente tacones, sea el mismo u otro, pero la mayoría de las mujeres con esta práctica habitual, se sufre de juanetes o artritis en los dedos de los pies y más problemas derivados.

Tres razones para no utilizar los mismos zapatos todos los días

Higiene: Si siempre llevamos el mismo calzado, no dejamos que se airee su interior y, por ello, la humedad y sudor pueden provocar la aparición hongos. “Los zapatos cerrados son un entorno idóneo para la proliferación de hongos y bacterias, y por lo tanto del mal olor”. Destacan expertos.

El zapato se deforma y se desgasta: Si se utilizan unos zapatos o zapatillas todos los días es normal que terminen deformándose y desgastándose antes por las mismas zonas, sobre todo, en el interior y en la suela.

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Dolor de pies y/o lesiones: Hay determinados tipos de calzado que provocan dolor de pies si se abusa de ellos. Un ejemplo claro son los zapatos de tacón o las chancletas en verano.

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