Lo cierto es que a pesar de parecer evidente, la teoría del olor a sangre no es tan obvia como parece. Según el Huffington Post, “cuando una mujer está menstruando, probablemente solo huele diferente” y esto es lo que atrae al can.
Parece que lo que es interesante no es el periodo en sí sino la percepción de un nuevo aroma; como cuando están dando un paseo por el parque y encuentran en un árbol algo diferente y se detienen a olfatearlo intensamente.
En la nariz de los canes hay alrededor de 300 millones de receptores (más o menos 5 millones de narices humanas), así que su sensibilidad es tanta que apenas identifican algo diferente se ven obligados a olerlo.
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