El Museo Arqueológico está presentando su exposición Máscaras/Rostros en la sala de exposiciones Débora Arango del Centro Cultural Gabriel García Márquez y hablamos con su curador.

¿Qué nos dicen las piezas de cerámica que dejaron las comunidades indígenas prehispánicas a nosotros, habitantes de un país llamado Colombia en pleno siglo XXI?

Esa pregunta se la han hecho durante muchos años los miembros del colectivo del Museo Arqueológico (MUSA), una institución con casi 50 años con una colección de más de 14.000 piezas de arte precolombino.

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Para responderla, se han inventado varias formas creativas y diferentes de presentar estas piezas, ya sea dentro de sus dos sedes (una en Cali y otra en el centro de Bogotá) o en muestras itinerantes.

El objetivo es “presentarle al público en general la cerámica precolombina de unas maneras distintas, novedosas, emotivas y responsables, sobre todo. Es decir, no inventando cosas que en realidad no sé saben”, explica Oscar Sanabria, miembro del colectivo. 

La más reciente de esas exposiciones tiene lugar en estos días, en la sala Débora Arango del Centro Cultural Gabriel García Márquez, ubicado en el centro de Bogotá (calle 11 # 5-60) y perteneciente al Fondo de Cultura Económica (FCE). Se llama Máscaras/Rostros y está conformada por 29 fotografías en alta resolución de algunas piezas, tomadas para generar reflexiones sobre la identidad en los visitantes.

Sanabria, curador de la exposición, lo explica así: “estamos generando preguntas que conecten las piezas que aparecen en las fotos, y esa idea de pasado, con nuestra vida actual. En este caso, hay una idea de pensarnos a nosotros y hacernos preguntas sobre nuestra propia vida y las cosas que vamos a dejarles a otros, a los arqueólogos del futuro, y qué van a entender de nosotros a partir de un fragmento material de nuestro universo de cosas”.

 

La exposición está dividida en dos: 8 fotos de máscaras antropomórficas de las culturas Tumaco y Nariño y 21 fotos de retablos Quimbaya. Esos retablos (los rostros), a simple vista, se ven iguales: son planos y tienen unas caras esculpidas con elementos muy sencillos como líneas. Solo al observarlos de manera detenida aparecen detalles que conforman rasgos distintivos en la cara, los brazos o las piernas.

“Lo que pasa con estos retablos es que son muchos, muchísimos, y eso genera preguntas: ¿por qué tantos? ¿serán individuos representados, personajes famosos o un grupo homogéneo?”, explica Sanabria.

A partir de eso, y a través de algunos textos, hay una serie de reflexiones: si hoy todo desapareciera y solo quedaran las fotos de las cédulas de los colombianos, ¿alguien entendería algo de la forma de vida actual y de quién es cada persona?

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Las máscaras antropomórficas, por otro lado, son mucho más realistas y están llenas de detalles que las hacen ver diferentes unas de otras y que ayudan a que quien las vea por primera vez les asigne ciertos papeles: la persona más vieja, el joven, el guerrero, la mujer, etc.

A partir de ellos, la exposición pregunta sobre el significado de ser una persona y las máscaras que la gente normalmente se pone para interactuar en la sociedad. “¿Por qué en esas máscaras habrán quedado plasmadas esas personas o esos personajes?”, cuenta Sanabria.

Toda la exposición está armada en torno a estas preguntas. Las fotos, de hecho, fueron tomadas con esa intención: que el ángulo y la luz que se usaron para retratarlas, genere en la gente las preguntas y reflexiones que quieren los miembros del colectivo, conformado por profesionales diversos como arqueólogos, artistas, historiadores o fotógrafos.

“Todos compartimos la idea de que las piezas de cerámica prehispánica no son una cosa atrapada por allá en el pasado, sino algo que podemos pensar desde el presente”, cuenta Sanabria.

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La exposición estará abierta hasta el 3 de abril. Lunes a viernes de 9:00 a.m. a 6:00 p.m., y domingos y festivos, de 10:30 a.m. a 5:00 p.m. Los interesados, además, pueden visitar las dos sedes del MUSA, ubicadas en Bogotá (casa del Marqués de San Jorge, carrera 6, calle 7-43) y Cali (complejo arquitectónico de la Merced, carrera. 3 # 6-62).