De acuerdo con el canal KPLC TV, el menor, identificado como J.J. Boatman, murió el pasado martes 26 de enero en el Cook Children’s Medical Center de la ciudad de Fort Worth.

Gabriel Ayala, tío del niño de 9 años, le dijo a ese medio que J.J. el día anterior en la mañana estaba jugando como siempre lo hacía con sus hermanas mayores y sus primas, por lo que nunca se enteraron que estaba contagiado de coronavirus.

“Estaba corriendo y jugando ese mismo día, y por la noche, estaba gritando y llorando porque no podía respirar. Su mamá se acercó y su rostro y sus labios estaban azules”, agregó Ayala en el canal estadounidense afiliado a la cadena NBC.

J.J. fue hospitalizado el lunes 25 por la noche y al siguiente día, los médicos que lo trataron le confirmaron a la familia sobre su repentino fallecimiento, tan solo horas después de ser hospitalizado.

Confirmaron que tenía COVID-19 y que esto le había causado que sus pulmones estuvieran llenos de líquido y además sufrió hipoxia cerebral por falta de oxígeno, detalla KPLC TV.

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“Era un niño muy cariñoso. Cada vez que te veía a ti o a algún miembro de la familia, corría y te abrazaba con grandes abrazos de oso”, añadió el tío en el mismo medio.

Gabriel Ayala pidió a la gente que tomen en serio la pandemia del coronavirus, pues, dice, el caso de su sobrino muestra que cualquiera puede ser una víctima a pesar de no mostrar ningún síntoma.

“Vamos a extrañar su vida entera. Su vida ni siquiera había comenzado”, finalizó.

La familia de J.J. Boatman abrió una campaña en la plataforma GoFundMe para recoger dinero y así pagar los gastos del funeral. Hasta el momento y gracias a la solidaridad de unos 650 donantes han recaudado casi 27.000 dólares, es decir unos 94 millones de pesos colombianos.