Fuentes cercanas a la pareja real le dijeron a Vanity Fair que Meghan también está sometiéndose a un tratamiento basado en acupuntura para “aumentar el flujo sanguíneo hacia el útero” y hacer el proceso más sencillo.

Además, estaría recibiendo clases de ‘hipnoparto’, que es una técnica de relajación alternativa que ayuda a aliviar el dolor experimentado durante las contracciones. Esto es una gran alternativa para reemplazar la inyección epidural (un anestésico), con la que se aprende a ver el dolor como algo positivo.

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La hipnosis también ayuda a que la mujer se vaya acostumbrado a las sensaciones producidas por el parto sin que salga de su estado consciente. Se combinan técnicas de respiración y meditación.

Los informantes también le comentaron al portal que la duquesa quiere tener un parto que sea bastante natural. Para esto, su madre ha sido una guía excepcional, pues es experta en terapias holísticas, yoga y ‘mindfulness’ (conciencia plena sobre el cuerpo).