Según un estudio compartido por el Journal of Epidemiology & Community Health, las hermanas mayores tienen un 29 % más de posibilidades de sufrir de sobrepeso y un 40 % de padecer obesidad. Lo anterior no quiere decir que sea una ley, simplemente es un factor de riesgo.

“No quiero que las primogénitas crean que serán obesas o que contraerán diabetes o hipertensión. Se trata del riesgo de contraer una enfermedad es una combinación de factores de riesgo”, explicó Wayne Cutfield, científico y endocrinólogo de la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda.

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La investigación, que fue hecha por el equipo de trabajo del doctor Cutfield, analizó a más de 13 mil parejas de hermanas, en las que se recogieron datos como peso y estatura al nacer, y salud actual. Los resultados arrojaron que las hermanas mayores tenían un 2,4 % más de masa corporal que las menores.

El análisis también encontró la posible causa de este problema: al parecer, las madres primerizas presentan más complicaciones con su sistema circulatorio, que es indispensable para el buen funcionamiento del útero, por ende, el bebé recibirá una menor cantidad de nutrientes.

Además, también tienen un riesgo mayor de resistencia a la insulina (acumulación de azúcar en la sangre), por lo que al crecer habrá más riesgo de sufrir de enfermedades como diabetes, hipertensión y obesidad, lo que vuelve a esta información una pequeña señal de alerta.

Como se agregó en el estudio de Cutfield, para los embarazos siguientes el cuerpo de la mujer ya está totalmente acoplado; tendrá los vasos sanguíneos más anchos y esto hará que el torrente llegue con mayor facilidad a la placenta.

Ante esta información, el desarrollo del cuerpo de la persona no solo depende de sus hábitos y su genética, sino que los nutrientes otorgados en el embarazo son indispensables.