En diálogo con el diario El Mundo, la mujer, de Murcia (España), expresó que aunque ha ido, poco a poco, recuperando el gusto y el olfato, a veces las cosas no son como solían ser.

La pérdida del olfato (anosmia) y el gusto (ageusia) fueron confirmados hace meses como uno de los síntomas más comunes en pacientes de COVID-19. Desde entonces, la mayoría de casos los recuperan días o semanas después, pero también hay pacientes que no lo hacen de manera completa o no los recuperan.

Incluso, señala el rotativo español, están los que sufren una alteración cualitativa del olfato, por lo que perciben de manera diferente el recuerdo que tenían de algunos olores o gustos. Eso se define como parosmia y es precisamente lo que le ocurre a E.B., a pesar de que ya no tiene el virus en su cuerpo.

“El olor a la gasolina empezó a parecerse al de cebolla y la Coca-Cola sabe a óxido”, aseguró la mujer a El Mundo.

Sobre este tema, el otorrinolaringólogo y responsable de la Unidad de Olfato en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Pablo Sarrió, le explicó al mismo diario que para algunos pacientes de coronavirus los olores de determinadas cosas han cambiado radicalmente.

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“Un día de lluvia sales y no hueles a nada, abres un libro nuevo y no huele a nada, te duchas y nada, vas al mar y tampoco, abrazas a tus hijos y nada… Es como estar un poco anestesiada”, agregó la española.

Además de que la gasolina le huele a cebolla, E.B. asegura que el café y el quitaesmaltes tampoco le huelen a nada, mientras que el chorizo picante no le sabe a nada. “Es una locura”, se lamentó en ese medio.

Hace poco se conoció el caso de la brasileña Jeniffer Pereira Melgaço, quien después de 6 meses de recuperarse de coronavirus no ha recuperado el olfato.

“En el primer mes, todavía me sentía cansado durante el día y, a veces, dolores de cabeza. Hoy, 6 meses después del positivo, sigo sufriendo la pérdida total del olfato y el cambio de gusto”, aseguró la joven de 28 años.