Durante la Semana muchos feligreses asisten a los templos para pagar favores recibidos, otros a solicitar ayuda divina frente a los monumentos católicos.

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En esta época es muy frecuente, para quienes son creyentes, hacer actividades de oración y realizar visitas a santuarios católicos. El Tolima es uno de los departamentos que ofrece estas actividades con las basílicas, oratorios y monumentos en los que los feligreses depositan su fe. Estos son algunos de los templos más populares allí. 

  • Santuario de Nuestra Señora del Carmen de Apicalá

Uno de los más visitados es el Santuario de Nuestra Señora del Carmen de Apicalá, imagen a la que le atribuyen numerosos milagros, y que tiene una historia muy particular.

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Cuentan los pobladores que, en los inicios de la fundación, hacia 1828, el cura necesitaba una imagen de la Virgen para la parroquia, pero no había los recursos económicos suficientes para mandarla a elaborar, hasta que un día llegó un hombre que dijo ser carpintero y ofreció elaborar la escultura.

Cuando terminó de diseñar la imagen, de piel morena, la población quedó muy maravillada de la belleza que el artista plasmó en madera, y en el momento en que iban a mirar cómo le pagaban por sus servicios, el hombre desapareció sin dejar rastros. Algunos indican que se trataría de San José.

  • Reliquias de Cunday

Luego de pasar por Carmen de Apicalá, esta Cunday, municipio que cuenta con una población cercana a las 10 mil personas y en cuya iglesia, denominada Inmaculada Concepción, reposan desde 2018 las reliquias de Pedro María Ramírez Ramos, conocido como el ‘Mártir de Armero’ y que fue párroco en 1934 en este templo.

En el interior de la iglesia, cerca de la puerta, está el retrato de Pedro María Ramírez, y en un cofre permanecen unas gotas de sangre y objetos que conservó en vida.

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Cuentan que muchas personas veneran a este beato de la iglesia católica y han recibido favores y, por supuesto, le pagan penitencias por sus milagros.

La Santa Sede decidió beatificarlo como mártir, pues el padre, nacido en La Plata (Huila) y ordenado sacerdote en el seminario de Ibagué en 1931, fue masacrado el 10 de abril en Armero, durante las revueltas originadas el 9 de abril de 1948 durante el conocido ‘Bogotazo’.

La historia cuenta que la multitud llegó iracunda a la iglesia y le reclamaba al sacerdote que entregara las armas que tenía escondidas, cuando los pobladores profanaron la puerta de la iglesia, sacaron a Pedro María Ramírez a la calle, lo golpearon y mataron a machetazos cerca al parque.

Algunos indican que mientras esto sucedía, el mártir lanzó una maldición sobre la ‘Ciudad Blanca’, la que habría originado la desaparición de esta población al norte del Tolima en una avalancha ocurrida el 13 de noviembre de 1985.  

Por: Antonio Guzmán Oliveros