Escrito por:  Redacción Vivir Bien
Ene 24, 2024 - 6:08 pm

Siguiendo este significado, tener fe indica tener la certeza de que lo que esperamos ocurrirá. Por ello, esta palabra se convierte en un principio de acción y de poder para cualquier creyente; sin embargo, la fe debe ir acompañada de herramientas que permitan vivirla y sentirla. Dos de estas herramientas principales son orar y rezar.

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Existe cierta confusión con estas dos palabras, ya que muchas personas religiosas consideran que es lo mismo y otras, por el contrario, las entienden como dos herramientas de fe totalmente diferentes para acercarse a Dios, a pesar de que según la academia de la lengua española las dos tienen similitudes porque se refieren a dirigirse a una figura superior para implorar, agradecer o comunicar algo.

Orar significa tener un diálogo con ese ser supremo. Puede hacerse mentalmente o en voz alta. Se trata de hablar como comúnmente se hablaría con un amigo o un padre al que se le pide un favor o agradecemos.

En definitiva, es el acto más íntimo de fe en el que se expresa un propio sentimiento o pensamiento. No existe ningún lugar ni horario especial para orar, simplemente es un momento que nace de una necesidad o costumbre en cada persona, por lo general, se suele llevar a cabo una oración antes de dormir o al despertar.

Por su parte, rezar significa exteriorizar una oración. La palabra en sí viene del latín “recitare”, que significa “recitar algo”. Generalmente se hace en voz alta y en grupo. Ejemplos de ello son rezar el Santo Rosario, el Padre Nuestro o el Ave María. Si bien rezar tampoco tiene un horario o lugar exacto para hacerlo, generalmente las personas se reúnen para hacerlo en comunidad durante la eucaristía o actos religiosos comunitarios; sin embargo, esto no significa que una persona no pueda hacerlo de forma individual.

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Entendiendo esas diferencias, se puede decir que tanto orar como rezar son dos canales de comunicación con ese ser supremo al que se trata de buscar para agradecer, pedir o interceder. En cualquier religión existen estas dos herramientas que llevan al camino de la espiritualidad y para cualquiera de las dos se requiere de concentración y disposición.

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