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Los gatos pueden contraer infecciones respiratorias que a menudo se denominan “gripe felina” o “resfriado felino”. Estas infecciones son generalmente causadas por virus, como el herpesvirus felino (FHV-1) y el calicivirus felino (FCV), y a veces también pueden involucrar bacterias secundarias. Los síntomas de un gato con gripa felina pueden variar en gravedad, pero aquí hay algunos signos comunes a tener en cuenta
(Vea también: Evite rasguños: así puede bañar a su gato sin agua y sin estresarse)
¿Cómo saber que su gato tiene gripa?
- Secreción nasal: puede haber una secreción nasal clara o mucosa, a veces amarillenta o verdosa si se desarrolla una infección bacteriana secundaria.
- Secreción ocular: los ojos del gato pueden estar llorosos y tener una secreción ocular clara o mucosa. La conjuntivitis es común en gatos con gripa felina.
- Tos: algunos gatos pueden toser, especialmente si el virus afecta sus vías respiratorias inferiores.
- Cansancio y dejadez: los gatos enfermos a menudo muestran signos de desaliento y falta de energía.
- Pérdida de apetito: un gato con gripa puede perder el interés en la comida debido a la congestión nasal y la falta de olfato.
- Fiebre: puede haber un aumento en la temperatura corporal del gato, aunque no siempre es fácil de detectar sin un termómetro.
- Salivación excesiva: algunos gatos pueden babear más de lo normal debido a la congestión nasal y la dificultad para respirar por la boca.
(Vea también: Cinco señales de que su gato lo considera su madre; lo quiere con su vida)
Cuidados que se deben tener cuando un gato tiene gripa
- Consulte a un veterinario: lo primero y más importante es consultar a un veterinario para determinar la causa de la fiebre. La fiebre en los gatos puede ser causada por diversas enfermedades y afecciones que deben ser tratadas.
- Mantenga al gato hidratado: asegúrese de que el gato tenga acceso constante a agua fresca. La fiebre puede causar deshidratación, por lo que es esencial que beba lo suficiente. Si el gato no está bebiendo, puede intentar darle agua con una jeringa sin aguja o proporcionar alimentos húmedos para aumentar su ingesta de líquidos.
- Proporcione un ambiente cómodo: cree un lugar tranquilo y cómodo para que el gato descanse. Asegúrese de que esté en un lugar cálido y libre de corrientes de aire.
- Monitoree su temperatura: si tiene un termómetro adecuado y se siente cómodo usándolo, puede controlar la temperatura corporal del gato. Si la fiebre es alta o persiste, consulte a un veterinario.
- Administre medicamentos según las indicaciones del veterinario: si el veterinario ha recetado medicamentos para reducir la fiebre o tratar la causa, asegúrese de seguir las indicaciones de administración de manera precisa. No le dé medicamentos para humanos a su gato sin consultar primero a un veterinario, ya que algunos de ellos pueden ser tóxicos para los gatos.
Es importante tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, la gripa felina es una enfermedad leve y autolimitada, similar a un resfriado común en los humanos. Sin embargo, en gatos jóvenes, ancianos o inmunocomprometidos, la enfermedad puede ser más grave.
Si nota que su gato muestra estos síntomas o parece enfermo, es importante consultar a un veterinario para un diagnóstico adecuado y el tratamiento adecuado. Además, la gripa felina es altamente contagiosa entre gatos, por lo que es importante mantener a su gato enfermo separado de otros gatos para evitar la propagación de la enfermedad.
*Este artículo fue escrito y curado por el equipo de Robby Mascotas con apoyo de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano.
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