
La válvula de la olla a presión es una pieza fundamental que garantiza un cocinado seguro y eficiente. Por ello, es crucial mantenerla limpia y en óptimas condiciones, así se evita tener que cambiarla con menos regularidad de lo acostumbrado.

De hecho, adoptar esta práctica reduce los accidentes con este utensilio de cocina y se quita el miedo que tienen algunos al usarla. Por eso, Pulzo le explicará la manera adecuada de hacer el mantenimiento a ese pequeño artefacto que va en la superficie de la tapa y ayuda a que salga el vapor.
Para limpiar la válvula, lo primero es desenroscarla y retirarla de la olla. A continuación, utilice un cepillo pequeño y suave para eliminar cualquier resto de comida o suciedad acumulada en los orificios y en la rosca. Evite emplear productos abrasivos o esponjas metálicas, ya que podrían dañarla.
Además de la limpieza básica, puede sumergir la válvula en una solución de agua tibia y jabón suave durante unos minutos para eliminar la suciedad más incrustada. Finalmente, enjuague con abundante agua y seque cuidadosamente antes de volver a colocarla en su sitio.
¿Qué sucede si la válvula de la olla a presión no funciona?
Si la válvula de una olla a presión no funciona correctamente, se pueden presentar situaciones peligrosas, ya que es fundamental para liberar el exceso de presión producido durante la cocción y evita explosiones.
(Vea también: Las 6 señales que le indican que debe cambiar su olla a presión; evite accidentes)
Cuando esta pieza se encuentra obstruida o dañada, la presión interna suele aumentar considerablemente, lo que llega a provocar que la olla se deforme o incluso se fracture. Además, la falta de liberación de vapor ocasiona que los alimentos no se cocinen adecuadamente.
¿Cómo limpiar la olla a presión por dentro?
Para una limpieza profunda, llene la olla con agua y jabón lavavajillas, y hiérvala durante unos 15 minutos. Luego, frote las paredes y el fondo con una esponja suave para eliminar cualquier resto de comida adherida.
Si quedan manchas difíciles, prepare una pasta con bicarbonato de sodio y vinagre blanco y déjela actuar durante unos minutos antes de enjuagar. Recuerde limpiar también la válvula de seguridad y la junta de goma para evitar la proliferación de bacterias y malos olores
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