¿Es posible perder peso sin hacer dieta? es una pregunta que muchas personas se hacen cuando quieren mejorar su salud y su aspecto físico sin someterse a restricciones alimentarias severas.

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Cómo adelgazar sin hacer dieta

Se puede adelgazar sin hacer dietas estrictas, siempre y cuando se sigan algunos consejos básicos que nos ayuden a equilibrar nuestra alimentación y a aumentar nuestro gasto energético.

  • Consumir alimentos de todos los grupos alimentarios

No se trata de eliminar grupos de alimentos o evitar al 100 % esas pequeñas tentaciones, sino de equilibrarlos.

Debemos priorizar el consumo de pescados, aves, carnes magras, legumbres, huevos y frutos secos, así como verduras, frutas y lácteos.

Estos alimentos nos aportan los nutrientes esenciales que nuestro cuerpo necesita para funcionar correctamente y nos ayudan a sentirnos saciados.

Los alimentos procesados o ricos en carbohidratos simples debemos consumirlos con moderación, ya que aportan muchas calorías vacías y favorecen el almacenamiento de grasa.

  • Reducir la ingesta de azúcar

Uno de los mayores enemigos de un peso saludable es el azúcar refinado. Este ingrediente se encuentra en muchos productos industriales como refrescos, zumos, bollería, cereales o salsas.

El azúcar nos aporta energía rápida, pero también eleva los niveles de glucosa e insulina en sangre, lo que estimula el apetito y la acumulación de grasa.

Además, el consumo excesivo de azúcar puede provocar problemas de salud como diabetes, obesidad o caries.

Por eso, es conveniente reducir al máximo su ingesta y sustituirlo por edulcorantes naturales como la stevia o la miel.

  • Moderar las porciones

Otro aspecto clave para perder peso sin hacer dieta es controlar la cantidad de comida que ponemos en nuestro plato.

No se trata de pasar hambre o de contar calorías, sino de aprender a escuchar las señales de nuestro cuerpo y comer hasta sentirnos satisfechos, no llenos.

Una buena forma de moderar las porciones es usar platos más pequeños o dividir el plato en cuatro partes: una para la proteína, otra para el hidrato de carbono complejo (como el arroz o la pasta integral), otra para la verdura y otra para la fruta o el postre.

  • Sustituir ingredientes

Muchas veces podemos hacer que nuestras recetas favoritas sean más ligeras y saludables simplemente cambiando algunos ingredientes por otros más adecuados.

Por ejemplo, podemos sustituir la mantequilla por el aguacate, el chocolate con leche por el chocolate negro (con un mínimo de 80% de cacao), la salsa de tomate industrial por la casera, el pan blanco por el integral o el queso curado por el fresco.

Estos pequeños cambios nos ayudarán a reducir las calorías y las grasas saturadas sin renunciar al sabor.

  • Hacer ejercicio físico

No podemos olvidarnos de la importancia del movimiento para perder peso sin hacer dieta.

El ejercicio físico nos ayuda a quemar calorías, a tonificar los músculos, a mejorar la circulación sanguínea, a liberar endorfinas y a prevenir enfermedades.

No hace falta apuntarse al gimnasio o hacer deportes extremos, basta con realizar una actividad física moderada al menos 150 minutos a la semana.

Podemos caminar, bailar, nadar, montar en bicicleta o practicar algún deporte que nos guste y nos divierta.

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  • Desayunar saludablemente

Evita saltarte esta comida tan importante, un buen desayuno debe incluir hidratos de carbono complejos, proteínas y grasas saludables, que nos aporten energía y nos mantengan saciados hasta la siguiente comida.

Algunas opciones son el muesli con fruta y yogur, las tortitas de avena con queso fresco y miel o las natillas ligeras con frutos secos.