Cuando los viajeros piensan en lugares turísticos del Chocó, lo primero que salta a la mente son las playas de Nuquí, Capurganá y Bahía Solano, que durante años han atraído a visitantes de todas partes del mundo a hacer avistamiento de ballenas jorobadas, practicar surf o descansar sobre la arena blanca rodeada de vegetación de la selva húmeda tropical.

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Sin embargo, al adentrarse en el departamento es posible ser testigos del paso del río Atrato, el más caudaloso de Colombia, y de otros 14 afluentes que sirven de carreteras fluviales para conectar a diversas poblaciones. Estos, recientemente, han empezado a ser conocidos en redes sociales por esconder atractivos turísticos como caídas de agua de 40 metros de altura y quebradas cristalinas para bañarse y descansar.

Desde el municipio de Acandí, ubicado en el litoral del Caribe en límites con Panamá, recorriendo la región del Alto San Juan hasta El Carmen de Atrato, asentado en las estribaciones de la cordillera de Los Andes, estos son algunos de los destinos de agua dulce para conocer en el Chocó en 2023.

Cascadas San Lorenzo, El Carmen de Atrato

Encallado en las estribaciones de la cordillera oriental en el Chocó, El Carmen de Atrato aguarda tres caídas de agua que lo han convertido en un destino ecoturístico del departamento. La Cortina, La Batea y La Escondida son las tres cascadas que se pueden apreciar y en las cuales los turistas pueden adentrarse en su corriente, que alimenta la quebrada San Lorenzo. Los tres saltos de agua han sido bautizados por la comunidad y se han popularizado gracias al Club de Caminantes Cerro Plateado, un grupo de 30 personas entre niños, niñas, adultos y personas mayores, quienes han asumido la tarea de recorrer el territorio y dar a conocer los atractivos turísticos que encuentran a su paso.

La cascada La Batea tiene 30 metros de altura; la Cortina, que es la más visitada, es un salto de 30 a 35 metros; y La Escondida tiene una caída de 12 a 15 metros de alto. “Los nombres se los he puesto yo por su semejanza en la forma. La batea es porque el agua se desliza sobre la roca como si fuera un batea y la cortina porque el agua baja en caída libre  y se ve como si fuera una gran cortina de agua. La última queda cerca del camino y casi nadie la ve, porque está en una curva escondida“, cuenta Javier Orlando Pérez, líder de los Caminantes Cerro Plateado y guía turístico.

Además de bañarse en la quebrada San Lorenzo o de recibir la brisa de las cascadas, los turistas pueden hacer avistamiento de aves mientras reposan en una de las piedras en la base de las cascadas. Dependiendo de la hora del día, los viajeros podrán escuchar y observar al gorrión copetón, el azulejo común, el toche, el gallito de roca andino y el cacique candela, entre otros.

¿Cómo llegar? Se puede coger un carro desde Medellín o Quibdó hasta El Carmen de Atrato. En el municipio se pueden optar por dos rutas. La primera es la ruta alta, que dura todo el día. Los visitantes caminan por las montañas y finalizan en las cascadas. La segunda, de menor intensidad, se llega en carro al sector San Lorenzo y se hace una corta caminata hasta las cascadas.

Río Ichó, Quibdó

Río Ichó. Fotografía: Edwin Rengifo @rengifo_fotografia
Río Ichó. Fotografía: Edwin Rengifo @rengifo_fotografia

El río Ichó es uno de los afluentes más importantes para el turismo que tiene el municipio de Quibdó. Su corriente es calmada, poco profunda y refleja colores azules y verdes, pero al ingresar es posible apreciar las piedras al fondo por sus aguas cristalinas. Ha sido un atractivo para pobladores del departamento y turistas por sus amplías playas, que cada fin de semana se llenan de familias y grupos de amigos para descansar y tener un día de sol y playa dulce.

En el río se pueden tomar un tour en bote, realizar pesca artesanal de la mano de los pobladores o hacer senderismo hasta la cascada La Mojarra, que se encuentra selva adentro y donde las personas pueden bañarse con el chorro de agua. En el río Ichó se esconde, además, uno de los mitos más conocidos del Chocó: el mohan de Ichó.

“Este corregimiento era un asentamiento minero. Se cuenta que un hombre a partir de magia negra se convirtió en mitad hombre mitad tigre. Cuando perdió el control comenzó a atacar a la gente y los habitantes comenzaron a migrar a Tutunendo por miedo. Como era magia negra no podían matarlo. Hasta que un señor con un bala cruzada con la misma magia lo mató”, cuenta Edwin Rengifo, líder turístico de la zona y gerente de la iniciativa Tour de Ríos con la que busca visibilizar los ríos del departamento.

¿Cómo llegar? El corregimiento de San Francisco de Ichó está ubicado a 23 kilómetros desde Quibdó. Al llegar al corregimiento de Tutunendo, se desvía hacía San Francisco. Se puede tomar una ruta de transporte público que sale una vez a la semana o en carro particular. El recorrido dura 40 minutos aproximadamente.

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Charco sábalo, Tadó

Charco Sábalo. Fotografía: Wilman Arrieta
Charco Sábalo. Fotografía: Wilman Arrieta

El charco sábalo comenzó a ser reconocido como un atractivo turístico cuando los habitantes del corregimiento de Mumbú regresaron a su territorio después de varios desplazamientos por el conflicto armado y desastres naturales. Encontraron en la piscina natural una posibilidad de impulsar el ecoturismo en su poblado y tener una fuente de sostenibilidad. Desde entonces, el charco es visitado todos los fines de semana por tadoseños y habitantes de otras partes del Chocó que llegan atraídos por sus aguas cristalinas.

El río Mumbú alimenta el charco sábalo, que recibió ese nombre porque en época de subienda los pescadores del municipio llegaban hasta ese punto para pescar sábalos. “El charco sábalo es un lugar de aguas cristalinas, una suerte de acuario natural, que se pueden observar mientras nadan”, cuenta Darlington Yurgaky, secretario de Cultura de Tadó.

Antes de llegar al charco sábalo se puede pasar por la cascada Santo Domingo, que recibe su nombre de la quebrada que la baña. Esta es una caída de aproximadamente tres metros de alto. Allí se pueden conseguir almuerzos para continuar el recorrido hasta la piscina de agua natural.

¿Cómo llegar? Desde el parque rey Barule en el centro de Tadó se llega hasta el corregimiento de Mumbú. Es un recorrido que se puede hacer en una mototaxi y dura aproximadamente 40 minutos. El resto del camino se hace a pie.

Cascada Batatilla, Acandí

Cascada Batatilla. Fotografía: Fabián Gómez (Wikiloc)
Cascada Batatilla. Fotografía: Fabián Gómez (Wikiloc)

Acandí es el último municipio del departamento del Chocó que limita con Panamá por el mar Caribe. Aunque es conocido por las playas de Sapzurro y Capurganá, en el interior de su selva tiene la cascada de Batatilla. Para llegar a esta caída de agua de 10 a 12 metros de altura se realiza senderismo por la rivera del río Guatí. Durante el recorrido, los visitantes podrán observar árboles frutales de guamas y marañones, realizar avistamiento de aves o ciclomontañismo.

En verano (enero-febrero) los árboles aledaños se llenan de mariposas. “En la noche se vuelven como neón porque llegan mariposas migratorias y se convierten en un atractivo más”, cuenta Eduin Serna, profesor y empresario turístico de Acandí.

Además de la cascada principal, las personas pueden sumergirse en uno de los jacuzzis naturales que han formado pequeñas caídas de agua que se encuentran en la parte superior del salto más alto. Allí se pueden sumergir y pasar una tarde refrescante en medio del calor de la selva chocoana.

¿Cómo llegar? Desde Medellín o Montería se toma un bus hasta Necoclí o Turbo, y desde ahí una lancha hasta Acandí. Hay avionetas privadas que también ofertan el trayecto. Desde el casco urbano de Acandí se puede tomar una moto, carro o tractor hasta la entrada del río Guatí. Es un recorrido que toma 20 minutos. Es recomendable contactar a un guía al adentrarse hacia las cascadas.

Salto de Bebedó, Andagoya

Del Salto de Bebedó se han contado muchas historias. Algunos pobladores cuentan que cuando hay mucho ruido por las personas que visitan el salto, el cielo se oscurece y comienza a llover. Otros dicen que en la parte alta de la cascada habían pescados de oro y unos recuerdan que el hermano Manuel, un religioso que visitaba la comunidad, bañaba a las personas en sus aguas para sanarlas. El salto nace en un cerro que hasta el momento no tiene nombre pero el consejo comunitario de Bebedó ha buscado bautizarlo “El Encanto” para impulsar este lugar como un atractivo turístico por su belleza y la mística que hay a su alrededor.

“Cuando le cae el chorro de agua a las personas que están muy malhumoradas, el cuerpo de una se les acomoda. A veces uno está con estrés o cansancio y el agua le quita el cansancio. Es una fuente de relajación natural”, dice Manuel Asprilla, secretario del consejo comunitario de Bebedó.

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El salto está compuesto por dos caídas de agua. La primera se divide en dos chorros que bajan unos 40 metros y se unen en la parte baja en una pequeña piscina, por la que se ingresa a través de unas escaleras. Desde ahí cae a la parte baja de todo el salto en un chorro de agua. Una vez estén allí, los visitantes podrán tomar un baño en su caudal y disfrutar de un plato de comida que preparan los pobladores.

¿Cómo llegar? A Bebedó se puede llegar desde Quibdó, donde se toma un vehículo hasta Itsmina. Allí se toma una lancha rápida hasta Bebedó, en un recorrido que dura aproximadamente 45 minutos. Al llegar al corregimiento del Medio San Juan se puede poner en contacto con cualquier persona de la comunidad para realizar el recorrido y conocer las historias del salto.