
El cáncer de ano es una enfermedad poco común, pero que merece atención médica y social por la manera en que puede pasar desapercibida en sus primeras etapas. De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, esta patología afecta los tejidos del canal anal, una zona del cuerpo de apenas entre 2,5 y 4 centímetros de largo ubicada al final del tracto digestivo.
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Aunque su incidencia es baja —se presentan entre uno y dos casos por cada 100.000 personas al año—, se ha identificado una mayor prevalencia en mujeres mayores, especialmente aquellas que se encuentran entre los 60 y 70 años. A pesar de ser un tipo de cáncer raro, su detección tardía representa un gran desafío para la medicina, ya que muchas veces sus síntomas pueden confundirse con otras condiciones más comunes, como las hemorroides.
¿Qué causa el cáncer anal?
Uno de los principales responsables de esta enfermedad es el virus del papiloma humano (VPH), particularmente sus cepas 16 y 18, que también están relacionadas con otros tipos de cáncer, como el de cuello uterino. Sin embargo, no es el único factor de riesgo.




Según especialistas, personas con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), antecedentes de cáncer ginecológico (como el de vagina, cuello uterino o vulva), quienes tienen múltiples parejas sexuales, practican sexo anal con frecuencia o son fumadoras, tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar esta enfermedad.
Signos de alerta que no deben ignorarse
La detección temprana es clave en el tratamiento exitoso del cáncer de ano, por eso es importante conocer sus síntomas más frecuentes. La biomédica en ginecología Cristina Centeno, le indicó al portal Cuídate Plus, que destaca tres manifestaciones clínicas que podrían ser indicio de este tipo de cáncer y que ameritan atención médica inmediata:
- Sangrado durante la evacuación: aunque en algunos casos puede ser leve, el sangrado anal nunca debe considerarse normal. Su color y cantidad pueden variar dependiendo del tamaño y la ubicación del tumor, por lo que no debe ser atribuido automáticamente a hemorroides u otras afecciones benignas.
- Dolor persistente en la zona anal: si bien el dolor anal puede tener múltiples causas, cuando es continuo y no mejora con tratamientos comunes, se convierte en un síntoma de alarma que debe ser evaluado por un especialista.
- Bultos o masas cerca del ano: la presencia de una protuberancia, especialmente si es dolorosa o cambia de tamaño, es otro motivo de consulta. Estas masas pueden ser confundidas con abscesos o verrugas, pero ante la duda, lo mejor es practicarse un chequeo profesional.
¿Por qué se detecta tan tarde?
Una de las razones por las cuales el cáncer de ano suele ser diagnosticado en fases avanzadas es la falta de conocimiento público y la escasa visibilidad de esta enfermedad.
Según cifras médicas, hasta un 45 % de los casos se identifican cuando el cáncer ya ha progresado considerablemente, lo que limita las opciones de tratamiento y reduce la posibilidad de una recuperación completa.
En las etapas iniciales, cuando el tumor no ha afectado el esfínter anal, es posible recurrir a terapias locales menos invasivas. Sin embargo, esto solo es viable si el diagnóstico se hacen de manera oportuna.
La importancia de la prevención a tiempo
Los profesionales de la salud insisten en la necesidad de prestar atención a cualquier cambio o síntoma en la zona anal, especialmente en personas con factores de riesgo. Practicarse chequeos médicos regulares, practicar sexo seguro, vacunarse contra el VPH y evitar el consumo de tabaco son medidas clave para reducir las probabilidades de desarrollar esta enfermedad.
Aunque el cáncer de ano es poco frecuente, su impacto puede ser severo si no se detecta a tiempo. Con información clara, prevención y atención médica oportuna, es posible mejorar significativamente el pronóstico de quienes lo padecen.
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