La medida sería parte de una estrategia de Joe Biden y su gobierno, que buscan luchar contra un resurgimiento de los contagios por COVID-19 y de la presencia de la variante Delta, más grave e infecciosa, que se mitiga si las personas están vacunadas.

A pesar de la gravedad de la pandemia, que ha dejado más de 610.000 muertes en EE. UU., muchos estados conservadores se resistieron el año pasado a ordenar el uso obligatorio de las mascarillas y muchos siguen renuentes a vacunarse, en parte por el ‘legado’ del expresidente Donald Trump, quien siempre minimizó la pandemia, el COVID-19 y las vacunas.

Sin embargo, algunas autoridades locales, como las de Los Ángeles (California), han empezado en las últimas semanas a imponer de nuevo mandatos para el uso obligatorio de mascarillas en interiores, así sea entre personas vacunadas.

La rápida expansión de la variante delta llevó este martes a las autoridades sanitarias de Estados Unidos a recomendar que los vacunados vuelvan a llevar mascarilla en interiores en la mayor parte del país, además de en las escuelas.

Dos meses y medio después de aconsejar a quienes habían recibido el esquema completo de las vacunas contra el COVID-19 que fueran sin mascarilla la mayor parte del tiempo, incluso en interiores, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. (CDC, en inglés) cambiaron sus directrices.

“Llevar mascarilla va a tener que ser parte de la vida de las personas que ya han sido vacunadas”, dijo la directora de los CDC, Rochelle Walensky, en una rueda de prensa telefónica.

Llevar tapabocas afecta al 63 % del país

Las nuevas directrices de los CDC, que no implican un mandato sino que son solo recomendaciones, indican que las personas completamente vacunadas deberían llevar mascarilla “en lugares públicos e interiores” si se encuentran en zonas con índices “altos o notables” de contagios de COVID-19, explicó Walensky.

Casi dos tercios de los condados de Estados Unidos -el 63 %- cumplen esas características, incluidos algunos estados enteros, como los de Florida, Luisiana y Arkansas, según datos de los CDC.

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El 46 % de los condados del país tiene un nivel “alto” de contagios -con más de 100 casos por cada 100.000 personas en la última semana-, mientras que el 17 % tiene una incidencia “notable” -con entre 50 y 100 casos por cada 100.000 habitantes-, de acuerdo con los criterios de los CDC.

Los estadounidenses vacunados con la pauta completa pueden consultar el estado en el que se encuentra su condado en la página web de los CDC y evaluar si deberían empezar a ponerse mascarilla en interiores.

Llevar mascarilla es una decisión tomada con “pesar”

Aunque las directrices de los CDC no son de cumplimiento obligatorio, suelen marcar tendencia e influir en las medidas de las autoridades estatales y locales.

Por eso, y porque hace apenas unas semanas todos los mensajes del CDC apuntaban hacia una vuelta gradual a la normalidad, Walensky aseguró que le había “pesado mucho” tener que cambiar las recomendaciones.

Sin embargo, vio necesario hacerlo tras revisar nuevos estudios “preocupantes”, que indican que “en casos excepcionales, algunas de las personas vacunadas e infectadas con la variante delta pueden ser contagiosas”, explicó.

La funcionaria matizó que, según las estimaciones de los CDC, las vacunas de la covid-19 hacen que sea “siete veces” menos probable contagiarse de la variante delta y experimentar síntomas, y “veinte veces” menos probable ser hospitalizado o morir por la enfermedad, comparado con los no vacunados.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, opinó que las nuevas directrices de los CDC, sumadas a un aumento en las vacunaciones, permitirán al país “evitar el tipo de cierres, confinamientos, clausuras de escuelas y otros contratiempos” que se experimentaron en 2020.

“Espero que todos los estadounidenses que viven en las áreas cubiertas por las directrices de los CDC sigan (las recomendaciones), yo desde luego lo haré cuando viaje a esas áreas”, dijo Biden en un comunicado.

Está por ver si el presidente volverá a llevar mascarilla en su día a día en la Casa Blanca, aunque la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, ya se la puso este martes para un acto con líderes indígenas.

El Distrito de Columbia -donde se encuentran Washington y la Casa Blanca- alcanzó justo este martes el índice “notable” de contagios, con 52 casos por cada 100.000 habitantes en la última semana.

Recomendaciones para las escuelas

Con un auge de los contagios de casi el 47 % en todo Estados Unidos en la última semana, los CDC también quisieron tomar medidas este martes para propiciar que las escuelas del país puedan volver a abrir en otoño a plena capacidad.

Con ese objetivo, la agencia federal recomendó el uso de mascarilla para todos los que asistan a una escuela, desde el preescolar hasta las que enseñan a estudiantes de 18 años, “incluidos los profesores, el personal, los alumnos y los visitantes, sea cual sea su estatus de vacunación”.

Esa recomendación caerá en saco roto en al menos nueve estados del país, que han aprobado leyes para prohibir que se exija el uso de mascarillas en las escuelas: Arkansas, Arizona, Georgia, Iowa, Oklahoma, Carolina del Sur, Texas, Utah y Vermont.

“Sé que poner mascarillas a los estudiantes es inoportuno, pero eso les ayudará a aprender y estar con sus compañeros de clase con la mejor protección disponible”, aseguró Biden en su comunicado.