La mujer desató la alarma en el aeropuerto internacional de Viena, el cual tuvo que ser parcialmente cerrado este lunes. Un día antes, según la cadena ORF, ella había lavado el inusual “recuerdo” en la habitación del hotel para evitar que se le ensuciara la maleta.

Al parecer, a la turista le entraron dudas y decidió consultar al respecto con los agentes aduaneros de la terminal 3, lo que hizo sonar las alarmas ante el temor de que la vieja granada pudiera explotar.

La policía procedió de inmediato a cerrar temporalmente parte de la terminal y de la sala de depósitos de maletas, hasta que un equipo de especialistas pudo sacar la granada del recinto.

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La Dirección de Policía de la región de Baja Austria aseguró que el incidente no afectó a los vuelos ni supuso riesgos para los pasajeros.

La turista tuvo que pagar una elevada multa, algo mínimo si se compara con otros casos en los que personas han bromeado con tener elementos explosivos. En 2015, por ejemplo, un venezolano en el aeropuerto de Miami quiso hacerse el chistoso al decir que llevaba una bomba en su equipaje. Ante esa amenaza, el hombre fue arrestado, informó en ese entonces El Nuevo Herald.

En un caso más reciente, a un hombre lo detuvieron en pleno Mundial en el aeropuerto de Moscú tras manifestar que llevaba una bomba. Al final, se descubrió que todo era una falsa alarma, indicó Sputnik News.