Mauricio López, autor del post, cuenta que llegó a comprar una cerveza a una tienda en San Joaquín, y que el dueño le “habló con acentuada antioqueñidad”.
Fue ahí, dice, cuando se fijó de un muñeco que cuelga de la cabeza en mitad de la tienda, y que tiene poncho, carriel y sombrero. Y gafas, también.
“¿Y ese es Uribe?”, preguntó, a lo que el tendero contestó: “Sí señor, el más grande, un santo”.
El cliente dice que su reacción fue ‘picarle’ la lengua al tendero y por eso le preguntó cuánto valía un muñeco así, o si ese, que exhibe en su local, estaba para la venta.
“No, no es pa’ la venta, es para que le traiga suerte al lugar”, le respondió.
Luego de esta charla, el cliente se tomó la cerveza y concluyó: “Y así, política con religiosidad popular”.
La historia que contó esta persona llevó a recodar el hecho que protagonizó la senadora Paloma Valencia, en agosto de 2016, cuando en un Facebook Live dejó ver un cuadro que tiene en su casa con una imagen similar a la del Sagrado Corazón, pero con el rostro del jefe de su partido.
Para ese momento, la congresista explicó que ese cuadro lo había pintado una artista llamada Majan Muñoz, que es un regalo que quiere y valora y que “es una crítica llena de humor a las relaciones de los colombianos con los políticos”.
Eso, justo, es lo que hoy refleja el tendero con el muñeco que tiene como amuleto.
LO ÚLTIMO
.svg)
