Cuando la marca de autos a escala Hot Wheels salió al mercado, en mayo de 1968, Bruce Pascal tenía siete años. Vivía en su natal Washington D.C. y, como todos los niños de su edad, cayó rendido ante los diseños y la presentación de los ‘carros de juguete’, como los llamábamos quienes también jugamos con estos populares productos en nuestra infancia.

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Quién es Bruce Pascal, el mayor coleccionista de Hot Wheels en el mundo

Bruce fue creciendo, desarrollando otros intereses, y dejó de lado sus juegos con los pequeños modelos de su niñez. Hasta que en 1999, ya con 38 años y convertido en un exitoso agente de propiedad raíz, los carros de juguete volvieron a su vida, y esta vez, para quedarse instalados en su corazón.

“Mi madre estaba limpiando el ático de la casa y me mostró la caja con los autos de mi infancia. Eso revivió los mejores recuerdos de mi niñez y gracias a ese hallazgo es que estoy hoy en Medellín, Colombia, mostrando parte de mi colección”, comenta sonriente.

Bruce se puso en la tarea, ya con recursos propios, de armar su propia colección en su casa de Potomac, Maryland, sonde vive actualmente. “Todo comenzó poniendo anuncios en los periódicos locales buscando quien vendiera los pequeños autos de aquella época de los 60 y 70 y empecé a comprar colecciones completas.

También, me interesé por conocer la historia de la marca, así que llamé al presidente de Mattel, la productora de Hot Wheels, y logré que me dieran una cita con algunos directivos, me invitaron a una reunión de exempleados, algunos incluso que habían trabajado desde el inicio de la compañía y todos ellos me contaron sus historias. De hecho, a muchos les compré los planos, los moldes, los dibujos, todos los recuerdos que tuvieran guardados de aquella época de los comienzos. Hoy tengo la mayor colección de objetos relacionados con la marca”, cuenta Bruce.

Pronto, los muros y paredes de toda su casa quedaron insuficientes para albergar la colección. El tema se volvió serio. Bruce se dedicó entonces a especializarse en autos de la primera era de la marca, entre 1968 y 1970. También consiguió hasta las decoraciones de los almacenes. “Todo esto se me convirtió en un reto, quería tenerlo todo”. Incluso, trajo a la exposición de El Castillo una colección denominada “Sweet Sixteen”, los primeros 16 modelos que sacó la marca en su año de debut. Hoy, son más de 10.000 modelos los que acumula en un museo de Washington D.C.

Cuál es el carro de Hot Wheels más caro

Y fue en el año 2.000 cuando Bruce encontró algo así como “El Santo Grial” de los autos a escala. “Encontré el HW más raro del mundo a los seis meses de iniciar la colección. En un diario nacional leí que se había vendido un modelo llamado Beach Bomb, una van rosada de playa, de la que solo hay una unidad en este color, nunca saló oficialmente al mercado y que había costado 72.000 dólares.

Hablé con mi esposa y le dije que me sentía decepcionado por no tenerlo. Meses después, busqué al periodista que había escrito la nota y me contó que la venta nunca se había llevado a cabo porque el comprador nunca pudo completar la cantidad requerida. Así que, convencí a mi esposa, quien cree plenamente en mi confianza inversionista y logramos tener el Beach Bomb. Hoy cuesta 150.000 dólares, ¿fue una mala inversión?, claro que no. Incluso, tengo un programa de computador en el que le digo a mi esposa y a mis dos hijas qué hacer en caso de que yo muera, cuáles vender, cuáles guardar y cuáles subastar”, asegura convencido.

Cómo iniciar una colección

Bruce dice que es imposible saber, cuando se ve a los jóvenes artistas, determinar quién será el próximo Picasso o el próximo Botero, así que su consejo es simple: “Compra lo que a ti te guste, como por ejemplo los autos japoneses. Hoy en día son muy populares. Incluso se puede hacer dinero con ellos. El auto que tú tienes puede que alguien lo esté buscando, lo subes a ebay, por ejemplo, y le puedes doblar el precio”.

Bruce concluye diciendo que su vida se siente más llena ahora gracias a la gente y los lugares que ha conocido con esta afición, entre ellos, Colombia y Medellín, ciudad en la que se muestra encantado con el nivel de coleccionismo que encontró aquí y, como suele suceder, con la calidez de la gente. “Cuando me invitaron a venir a Colombia realmente me sentí encantado. Este es un lugar mágico que todo americano debería conocer y todo esto es debido a mi afición, no puedo estar más agradecido. Quiero que los niños dejen las computadoras y los celulares y se dediquen a jugar como nosotros lo hacíamos”.

Bruce Pascal estará hasta el próximo lunes en Colombia ofreciendo todo su conocimiento y experiencia a los coleccionistas que se acerquen a él en la exposición Scalex 23, que se lleva a cabo hasta el 11 de abril en el Museo El Castillo, donde incluso, participará en una subasta de modelos raros y únicos, algunos donados por él mismo, con fines benéficos para la Fundación Infantil Santiago Corazón, que es la razón de ser del evento.