El sueño de muchas personas es conocer varias culturas, descubrir pueblos, ciudades y países, y es que más que viajar es ideal para descansar y disfrutar de otros ambientes.

Una mujer empezó a montar bicicleta por gusto, pero luego se dio cuenta de que era el vehículo ideal para viajar por el mundo y conocer muchos lugares, manifestando: “Me animé a viajar sola”.

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Mónica, una señora argentina, de 60 años de edad, siempre ha disfrutado de todo tipo aventuras junto con su padre, pues la mujer es la hija mayor de un matrimonio y su progenitor siempre la llevaba a un muelle, a pescar, e incluso a cazar.

Padre e hija disfrutaban pasar por momentos increíbles y una de las actividades que hacían normalmente era recoger viajeros o soldados, lo que le permitía a Mónica escuchar todo tipo de historias sobre viajes y diferentes culturas.

Yo los escuchaba maravillada y así comenzó a picarme el bichito pluricultural”, cuenta la mujer, en el diario La Nación. Luego de todo esto, Mónica tenía un sueño que esperaba hacer realidad en algún momento, aun así, este sueño quedó aplazado después de conocer a su esposo y formar un hogar siendo jóvenes. A los 24 años ya asumía el rol de madre de tres niños, además de trabajar, sin embargo, nunca dejó de lado su gran anhelo de viajar por muchos lugares.

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A los 50 años tomó una decisión que ella sería consciente que le cambiaría su vida. Mónica compró una bicicleta de montaña para mantenerse en forma y empezó a creer que con el tiempo podría recorrer distancias más largas, así fue como después de unos meses inició su travesía recorriendo pueblos cercanos, por cierto, participó de una excursión por los Andes y a la frontera costera de Argentina colindante con Uruguay.

El hecho de haber cruzado una frontera internacional hizo que estuviera lista para su siguiente reto, Mónica dijo: “Crucé el gran charco y me animé a viajar sola para hacer el Camino de Santiago de Compostela, donde alquilé una bicicleta con la que recorrí 1000 km”.

Después de aproximadamente cinco años viajando, volvió a su país natal, desde allí se prepara para el siguiente viaje a Cuba y Venezuela. La mujer manifestó: “Volver es como haber estado en coma cinco años. Los precios se fueron a las nubes y hasta intentaron matar a la vicepresidente. Es muy raro vivir todo eso de lejos”.

Las personas que ha conocido en sus viajes, a la mayoría de veces les surge algunas dudas, por ejemplo, ¿Cómo hace con su familia? “Siempre me preguntan cómo siendo esposa, madre y abuela me permito estas aventuras y yo les respondo que estoy en la mejor edad, una donde mis hijos son grandes y todavía el cuerpo responde perfectamente a estas exigencias”, dice Mónica, que se siente contenta de alcanzar su sueño y contar sus experiencias a través de charlas y grupos.