A pesar de que durante 2 décadas lideró esa terapia, recientemente McKrae declaró públicamente que era homosexual, algo que, al parecer, supo desde siempre: en entrevista con el periódico Post and Courier, el hombre contó que de niño solía ponerse la ropa de su hermana sin que nadie lo viera.

El estadounidense añadió que sus compañeros de colegio también notaban que él tenía “cualidades más femeninas”, por lo que se burlaban de él llamándolo ‘McGay”. Además, a sus 11 años se dio cuenta de que podía sentirse atraído hacia otros niños.

De acuerdo con el medio, McKrae reprimió esos sentimientos hasta que cumplió 18 años. A esa edad, el exterapeuta se fue a vivir solo y conoció a un hombre con el que empezó a salir. Gracias a esta relación, él también comenzó a frecuentar bares para la comunidad LGBTI.

El mismo diario señaló que cierto día de 1993, cuando McKrae asistió a su iglesia (una cristiana evangélica), él se acercó al púlpito y rompió en llanto. Fue en ese momento que le contó a su comunidad que se sentía confundido con respecto a su orientación sexual y que, además, sentía angustia porque para él la homosexualidad y la religión no iban de la mano.

Desde ese momento, el hombre comenzó a ver un terapeuta con la esperanza de que lo ayudara a reprimir todo lo que sentía hasta que conociera a una mujer de la que se enamorara. Aunque McKrae conoció en 1995 a la que todavía es su esposa, él nunca pudo cambiar su atracción hacia los hombres, indicó Post and Courier.

A pesar de lo anterior, el estadounidense siguió viendo a un terapeuta hasta que desarrolló su propia filosofía acerca de la homosexualidad y cómo ‘curarla’. Al final, luego de 20 años, decidió ser quien es en realidad y por eso se disculpó con todas las personas a las que les hizo daño. Según su relato, él solo “era un fanático religioso”.