




La Policía abordó al hombre y lo detuvo en la playa. Después de revisar sus antecedentes, descubrieron que tenía una orden de arresto por posesión ilegal de armas. Aunque no llevaba nada ilegal consigo, Muniz da Silva fue arrestado para cumplir con la orden pendiente.
Mientras los agentes lo conducían al vehículo policial, el hombre seguía alardeando de su situación al timar a quienes les daban dinero. Según el noticiero ‘Bom Dia Río’, Da Silva declaró que pedir dinero en la calle le resultaba más fácil que levantarse temprano para trabajar, y que podía ganar lo suficiente para cubrir sus necesidades diarias sin mayor esfuerzo.
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