Preocupada por Noah y Stephen, de 8 y 11 años de edad, respectivamente, comenzó a caminar por el lugar y, de repente, escuchó los gritos de auxilio de los niños, que estaban bastante lejos de la orilla, relató la mujer a News Herald.

Ella, junto a sus dos hijas, su esposo, su sobrino e, incluso, su madre, entraron al agua para intentar rescatarlos, pero la corriente fue más fuerte y todos quedaron atrapados en el mar, añadió el medio.

En ese momento no había salvavidas y la policía quería esperar un bote de rescate, reportó Orlando Weekly citando al Washington Post.

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Jessica Simmons, una turista que estaba en el lugar, se dio cuenta de lo que pasaba y, sin dudarlo, tomó la mano de su esposo y juntos se adentraron en el agua para tratar de rescatar a la familia. Poco a poco, se fueron uniendo más personas a ellos, hasta llegar a 80, señaló News Herald.

Esa cadena humana logró cubrir alrededor de 91 metros y facilitó el rescate de los Ursey.

Roberta manifestó a ese diario que estaba muy agradecida con todos los que formaron la cadena para salvarlos.

“Estas personas fueron ángeles de Dios que estaban en el lugar correcto en el momento adecuado. Les debo mi vida y la vida de mi familia. Sin ellos no estaríamos aquí”.