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Un estudio publicado en Cell Stem Cell ha demostrado que el viaje espacial acelera el envejecimiento molecular de las células madre sanguíneas humanas, afectando su capacidad para originar células saludables y ocasionando daños en el ADN además de un notable desgaste en los telómeros, los extremos protectores de los cromosomas. Esta conclusión se alcanzó luego de analizar células expuestas entre 32 y 45 días en cuatro misiones de reabastecimiento de SpaceX a la Estación Espacial Internacional (EEI), donde la microgravedad y la radiación cósmica galáctica funcionaron como detonantes del envejecimiento celular acelerado, lo que puede incidir negativamente en la regeneración celular y la función inmunológica.
Este hallazgo amplia y profundiza observaciones previas, como las derivadas del Estudio de Gemelos de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) de 2015-2016, en el que el astronauta Scott Kelly permaneció cerca de un año en órbita, evidenciando alteraciones temporales en la expresión génica, la longitud de los telómeros y el microbioma intestinal. Si bien muchas de estas alteraciones revirtieron tras su regreso a la Tierra según datos de la NASA, el nuevo estudio enfatiza que algunos daños, especialmente en células madre hematopoyéticas (las encargadas de la producción de las células sanguíneas), persisten y muestran características propias de envejecimiento biológico avanzado.
Una de las novedades fundamentales de esta investigación radica en la utilización de nanobiorreactores y sistemas de biosensores tridimensionales para cultivar y supervisar células madre directamente en el espacio, complementados por análisis basados en inteligencia artificial. Este enfoque experimental —definido como un verdadero "laboratorio en órbita"— permite la monitorización en tiempo real del envejecimiento celular, abriendo nuevas perspectivas para la investigación biológica y espacial, según el artículo original.
Desde la mirada médica, las células sometidas a estas condiciones espaciales evidenciaron activación excesiva, agotamiento de reservas, inflamación mitocondrial y activación de secuencias genómicas que usualmente están silenciadas. Estos factores están asociados a disfunción inmunológica y a un mayor riesgo de enfermedades degenerativas y cáncer, como reportó Science News.




Los resultados ofrecen implicaciones claras para futuras misiones espaciales prolongadas, incluidas las planificadas hacia Marte, donde la salud celular deteriorada podría limitar la viabilidad de los astronautas. Asimismo, aportan insumos valiosos para el diseño de estrategias de protección frente a la radiación y el estrés medioambiental en órbita, según el Sanford Institute. En el contexto terrestre, los investigadores obtienen un modelo singular para analizar el envejecimiento humano y las enfermedades asociadas, lo que puede mejorar el desarrollo de terapias contra el envejecimiento y ciertos tipos de cáncer.
Expertos del periodismo de investigación, incluyendo instituciones como la LatAm Journalism Review y la Global Investigative Journalism Network (GIJN), reconocen que este avance impulsado por la biotecnología y el análisis masivo de datos representa un cambio cualitativo en la divulgación científica. Destacan la importancia de emplear datos rigurosos, fuentes reconocidas y contextos históricos y prospectivos, contribuyendo a relatos transparentes y robustos.
En última instancia, el espacio continúa siendo el escenario donde se ponen a prueba los límites de la biología humana, permitiendo no solo revelar vulnerabilidades, sino también explorar nuevas oportunidades para comprender y eventualmente intervenir en el proceso de envejecimiento.
¿Qué riesgos adicionales para la salud enfrentan los astronautas en misiones prolongadas más allá del envejecimiento celular?
Además del envejecimiento molecular descrito por el estudio, los astronautas se enfrentan a otros riesgos sanitarios durante misiones prolongadas, como la pérdida de masa ósea, el debilitamiento muscular, alteraciones en la visión y el incremento de la exposición a la radiación cósmica. La importancia de abordar estos problemas se acentúa al planificar misiones de mayor duración, donde la salud integral de la tripulación podría comprometerse seriamente si no existen medidas preventivas y de monitoreo continuo.
Estos riesgos demandan un análisis multidisciplinario en el que participan científicos médicos, ingenieros y biólogos moleculares. Comprender todos estos aspectos es indispensable para diseñar hábitats, rutinas y estrategias de protección adecuadas que aseguren el bienestar y la productividad de los astronautas durante y después de las misiones espaciales.
¿Qué significa el término “inflamación mitocondrial” y por qué es relevante en estos estudios?
La inflamación mitocondrial hace referencia a procesos dañinos que afectan las mitocondrias, orgánulos celulares encargados de producir energía. Cuando las mitocondrias sufren estrés persistente —como el causado por microgravedad y radiación espacial— pueden liberar señales inflamatorias, contribuyendo a la disfunción celular y a enfermedades asociadas al envejecimiento.
Este concepto es crucial en los estudios sobre envejecimiento espacial porque sirve como indicador de que el deterioro celular va más allá de la superficie, involucrando mecanismos internos fundamentales de la célula. Identificar y comprender la inflamación mitocondrial ayuda a orientar intervenciones potenciales que podrían revertir o mitigar el daño en condiciones extremas como el espacio.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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