Hace una semana se hundió una terraza en Alicante, España, por el peso de una piscina portátil que varias personas decidieron ubicar allí en época de verano.

Esta noticia es preocupante debido a la situación de salud en el mundo, y este año podría agravarse por la reducción de aforo en las piscinas públicas y privadas por el COVID-19, informó Gizmodo.

Expertos advierten que los áticos, terrazas y balcones no están diseñados para soportar el peso de una piscina inflable o portátil, el cual es mucho mayor de lo que se puede calcular.

Incluso una infografía del arquitecto técnico Juanjo Domenech muestra la gravedad de la problemática de este tipo de cargas estructurales para las viviendas.

El problema que hay con el enorme peso de una piscina llena de agua es que por cada 10 centímetros de altura de agua, una piscina inflable añade 100 kg/m² de carga, lo que significa que esto puede pesar varias toneladas, agregó Gizmodo.

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Esta sobrecarga produce deformaciones en el piso que debilitan la estructura y pueden generar accidentes.

En caso de querer instalar una piscina inflable es necesario consultarlo con un profesional competente, como un arquitecto o un ingeniero civil estructural.

Ellos probablemente tendrán que estudiar las medidas de seguridad, desde dónde pasan las vigas para poner la piscina encima hasta poner una nueva viga metálica o reforzar la estructura, agregó el mismo medio.