Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por pulzo   Sep 26, 2025 - 12:24 pm
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El Pleistoceno Medio, un periodo comprendido entre 1,2 y 0,78 millones de años atrás durante el Chibaniano, constituye una etapa decisiva para descifrar la historia evolutiva de la humanidad. Este intervalo temporal se caracteriza por la cohabitación y desarrollo paralelo de distintos linajes del género Homo, lo que cuestiona la concepción tradicional de un solo trayecto lineal derivando en Homo sapiens. Hallazgos recientes, como los cráneos recuperados en la cueva Callao de Filipinas, la cueva Rising Star en Sudáfrica y la ciudad de Harbin en China, han evidenciado la presencia de formas humanas poco conocidas o hasta ahora inexploradas. Este conjunto de evidencias ha desatado debates entre paleoantropólogos sobre si estos restos reflejan especies claramente separadas o bien variantes dentro de una misma secuencia evolutiva hacia el ser humano moderno.

Particularmente revelador resulta el caso de China durante el Chibaniano, donde los fósiles conocidos como "Homo sapiens arcaicos", entre ellos los cráneos Yunxian 1 y Yunxian 2 datados entre 0,94 y 1,10 millones de años, exhiben una combinación peculiar de rasgos arcaicos y modernos. El ejemplar Yunxian 2, por ejemplo, presenta atributos primitivos como un toro supraorbitario prominente y una bóveda craneal de baja altura, mientras carece de ciertos rasgos presentes en otros fósiles coetáneos, como las protuberancias occipitales observadas en neandertales. Esta disposición en mosaico constituye evidencia de una evolución humana compleja, ubicando a estos fósiles chinos dentro de un grupo denominado "clado longi", donde se incluye también el cráneo de Harbin, el de Dali y, posiblemente, fósiles relacionados con los denisovanos identificados genéticamente en territorio siberiano.

La tecnología ha permitido avanzar significativamente en la interpretación de estos restos. Gracias a técnicas como la reconstrucción digital mediante tomografía computarizada de alta resolución —empleada, por ejemplo, en el cráneo Yunxian 2—, ha sido posible corregir deformaciones históricas y ataques del tiempo, logrando un análisis más preciso. Chris Stringer, investigador del Museo de Historia Natural de Londres, ha destacado que, usando estas metodologías, se ha redefinido la clasificación de los grandes cerebros humanos surgidos en los últimos 800.000 años. Actualmente se consideran cinco grupos principales: Homo erectus asiático, Homo heidelbergensis, Homo neanderthalensis, Homo longi y Homo sapiens. Esta propuesta extiende la divergencia de estas ramas a más de un millón de años atrás, replanteando sustancialmente el marco cronológico previamente aceptado por la comunidad científica.

Lo anterior implica una visión de la evolución humana mucho más ramificada y prolongada, caracterizada por la coexistencia y la mezcla gradual de grupos evolutivos en Asia, Europa y África. Los estudios genéticos, como los divulgados en revistas científicas como Science y en investigaciones del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, demuestran que denisovanos, neandertales y Homo sapiens llegaron a cruzarse, enriqueciendo la diversidad de las poblaciones humanas actuales.

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Estos avances demandan la revisión tanto de los relatos científicos como de los esquemas educativos sobre la evolución humana. De un planteamiento lineal se pasa a uno en que coexisten la complejidad y la hibridación, señalando la importancia de Asia en la historia evolutiva tanto como la de África y Europa. La integración de técnicas arqueológicas, paleogenómicas y reconstrucción digital fortalece el análisis y obliga a un uso riguroso de fuentes reconocidas, como han destacado expertos y periodistas de investigación, para ofrecer al público una imagen fiel y sin sensacionalismo de nuestro origen.

¿Qué es la tomografía computarizada de alta resolución y cómo se aplica en el estudio de fósiles? Esta técnica consiste en el uso de rayos X para obtener imágenes detalladas del interior de objetos sin dañarlos. En paleoantropología, se utiliza para analizar la morfología interna de fósiles muy frágiles o deformados, permitiendo reconstruir digitalmente su forma original y facilitar comparaciones precisas entre diferentes especímenes. Gracias a la tomografía computarizada, los científicos pueden estudiar, por ejemplo, el cráneo de Yunxian 2, corrigiendo distorsiones y extrayendo información morfológica imposible de obtener mediante métodos convencionales.

¿Por qué la identificación de grupos como el “clado longi” altera la comprensión de la evolución humana? La noción del "clado longi", sustentada en fósiles como los de Harbin y Yunxian, introduce la idea de múltiples linajes paralelos durante el Pleistoceno Medio. Esto cuestiona la antigua visión de progresión única y expone la coexistencia de poblaciones que compartieron características tanto primitivas como avanzadas. La identificación de estos clados paralelos ha promovido una reevaluación del modelo evolutivo, subrayando la significación de los intercambios genéticos y morfológicos entre diferentes grupos humanos y redefiniendo nuestro entendimiento sobre cómo, cuándo y dónde surgió la diversidad de Homo sapiens.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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