Un poco de la historia de este plato

La mermelada es una extensión de un postre portugués conocido como “confitura de membrillo”. Expertos en temas gastronómicos han asegurado que el origen de esta receta se dio cuando el médico de la Reina de Francia, en 1561, decidió mezclar algunas frutas para aliviar los mareos de esta cuando tenía que desplazarse en barco, sin embargo, hay unos estudios recientes que desmienten esta teoría.

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La verdad es que los inventores de la mermelada fueron los Antiguos Egipcios, quienes se destacaron en la época de Ramsés II, el grande, cuando cautivaban su paladares con “confituras de fresa, hierbas y especias”. Esta receta es producto de la mezcla de la pulpa de fruta y un poco de azúcar, que fusionada deja una especie de “salsa” cristalina para untar.

La mermelada es ideal para hacer batidos, preparar helados, acompañar ensaladas, carnes y aperitivos, e incluso pescados.

Preparación

  • Comienza por cortar la cáscara de naranja. Hierve en agua, luego pásala por agua fría y repite este paso tres veces para quitarle el sabor amargo.
  • Mientras tanto saca el gajo de la naranja, sin la parte blanca. Exprime para aprovecharla y pon la pulpa más el jugo de naranja en un tazón.

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  • Corta el jengibre y agrégalo a la mezcla y deja macerar un poco. Mientras tanto puedes cortar la cáscara de la naranja finamente, esto le dará más textura y sabor a la mermelada.
  • Cocinar a fuego medio durante 15- 20 minutos hasta que la mezcla haya reducido y quede más espesa. Deja enfriar y llévala a un frasco hermético para su conservación, refrigera y estará lista para disfrutar cuando quieras.

¡Trucos de la abuela!

El Espectador
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