que, al parecer, había sido descubierto por ella en alguna acción deshonrosa.

Tras escucharla, yo me dije que esa dama me había proporcionado, con tal expresión, tema para este artículo. Porque a una persona desvergonzada o descarada en su proceder se la denomina sinvergüenza, escrito y pronunciado como un solo vocablo. Y las acciones de una persona sinvergüenza se califican con tres vocablos: sinvergüencería, sinvergonzonada y sinvergonzonería.

La primera palabra (sinvergüencería) no había tenido cabida en el Diccionario de la Real Academia Española; se hizo hace unos siete años. Por lo tanto, es castiza; y por serlo no es erróneo su uso.

Recordemos que sinvergüenza es un adjetivo que significa ‘inmoral o descarado’; también se puede usar como sustantivo. Ahora bien, no hay que confundirla con la secuencia formada por la preposición sin, seguida del sustantivo vergüenza (o sea, en dos palabras), que significa ‘sin pudor’. Ejemplo: «Ellos actuaron sin vergüenza alguna».

También es común el uso del vocablo sinvergüenzura, que es un término venezolano; significa sinvergonzonería, que, a su vez, quiere decir ‘desfachatez o falta de vergüenza’. Pero el que ese término sea de uso venezolano no significa que no pueda usarse en otro país de habla hispana, como lo ha advertido la RAE.

Existen dos opciones más para hablar de aquello que hacen los sinvergüenzas, es decir, de sus actos censurables a la luz de los rigores normativos de la sociedad. Aquí están esas alternativas lingüísticas:

 

SINVERGONZONADA: Ejemplos:

  1. «Algunos congresistas, carcomidos por el cinismo, se destacan por sus sinvergonzonadas».
  2. «La corrupción es una sinvergonzonada».

SINVERGONZONERÍA: Ejemplos:

  1. «No toleremos más tanta sinvergonzonería en las ciudades».
  2. «Algunos, que se autoproclaman líderes, viven de otros, por sinvergonzonería».

 

Las dos formas (como en los ejemplos dados), significan ‘falta de vergüenza’. Con cualquiera de ellas se puede hacer alusión a las actitudes de las personas con cachaza (cachazudas) para conducirse de manera indebida.

¡Hablar y escribir bien: el reto de hoy!

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