Pasan los días del confinamiento y comienza la reactivación del aparato productivo del país, retorno a las actividades diarias que pide la transformación de múltiples factores y aceptar que el mundo no volverá a ser el mismo; transición del consumidor a un nuevo entorno de distanciamiento social inteligente y autocuidado, al tiempo que la industria se adapta al entorno de las restricciones políticas, económicas y jurídicas que acompañan el proceso.

La coyuntura, que deja el COVID-19, pide cambiar el chip y activar la creatividad para reinventar procesos, ya existentes, en el marco digital; asimilar la renovación que impacta al mundo en todas sus esferas y pide revolucionar por completo la identificación del sujeto con su cultura.

Innovación que llama a investigar y explorar herramientas tecnológicas, aprender en el ensayo–error, para responder al plan de contingencia que impone el destino; cultura empresarial, escala de valores, que redefine la relación empresa–empleado y los servicios que ofrece la industria al mercado nacional e internacional. Relevancia e impacto en el cuerpo social que supera las tendencias en las redes sociales y reorienta la producción de bienes y servicios de alta calidad; entorno que pide asumir con actitud y disposición la utilidad en la cadena de suministro y el traslado de inversiones a sectores neurálgicos y estratégicos en esta etapa de crisis, priorización del gasto y el consumo de las personas.

Déficit que pide reorientar la producción de sectores dinámicos que deben atenuar los problemas económicos que ponen en riesgo su funcionamiento y la generación de empleo. Paradigma que establece una red logística del tejido productivo que satisface las necesidades del consumidor sin depender de agentes extranjeros, oportunidad para repensar desarrollos industriales y logísticos que atienden la alerta en el corto, mediano y largo plazo. El mercado redefine canales de venta que conectan al consumidor con el bien o servicio y potencia el negocio; la nube concentra el e-commerce, escenario desde el cual el consumidor cambia su construcción de vida y satisface las necesidades que están adyacentes a lo inmediato y básico para el ser humano.

La asimilación y sensibilización tecnológica es indispensable para reactivar el negocio a través del desarrollo de proyectos atractivos, las decisiones de inversión hoy concentradas en el sector alimentario y farmacéutico deben trascender al núcleo comercial, textil y del entretenimiento; digitalización que tendrá fuerte impacto en la cadena de abastecimiento. Las rutinas productivas y el modelo de negocio de la industria colombiana sustituyen la presencia en las oficinas físicas por una redefinición del espacio en el que toman relevancia el teletrabajo, procesos asistidos por las tecnologías, acompañado de reuniones virtuales. Entorno donde adquiere relevancia la marca personal y empresarial, su reputación y la estrategia de comunicación.

Apalancamiento sustentado en la triangulación de factores –táctica empresarial, necesidades de mercado, entorno social– que llaman al sector educativo a repensar los procesos formativos y establecer estrategias pedagógicas que permitan al educando desarrollar y fortalecer las competencias laborales que pide la realidad coyuntural de la industria. Planificación pedagógica para fundamentar la teoría como sustento de la práctica e incorporar aún más la tecnología en los procesos, el desarrollo y la capacidad de reinventarse. Matiz heterogéneo de apropiación y significación del uso y consumo de la tecnología que hace selectivo, desde la imaginación y la flexibilidad, la selección de contenidos y el desarrollo de componentes virtuales y presenciales con elementos lúdicos.

Cambio de paradigma del hábito educativo que responde a la incertidumbre, la mutación del entramado social y redefine el sistema universitario; reforma académica, técnica creativa que prioriza componentes que dan una formación de calidad a los estudiantes. Práctica universitaria bajo un esquema casuístico–productivo que brinda una nueva dinámica para compaginar la adaptación y reestructuración de diversas tareas que suplen las necesidades de la industria y la sociedad. Aprendizaje significativo que cambia el concepto de la enseñanza y enriquece las habilidades técnicas y tecnológicas, desde la diversidad, de la fuerza laboral.

Aporte de herramientas tecnológicas para la realidad particular de cada universo racional que compone la industria, proceso de reaprendizaje que modifica el panorama a la empresa 4.0, acelera procesos y moderniza las compañías, para generar confianza al consumidor y el sector bancario. Eficacia y eficiencia operativa que optimiza recursos y traslada las operaciones al comercio electrónico, escenario que distante de creencias ideológicas propicia una convergencia de agentes públicos–privados que impulsan el crecimiento y sacan a la industria de la zona de confort en la que se encontraba.

El congelamiento de acciones, forzado por el confinamiento, ha obligado a reorientar el modelo económico y crear una infraestructura sostenible, adaptar la producción y las rutas de distribución al cambio profundo de una sociedad que concentra sus acciones de consumo en las pantallas del computador y el smartphone. Solo quien sea capaz de resistir al proceso de reforma y reinvención logrará mantener la liquidez que genere confianza en la organización y su apuesta de negocio.

Cada sector, a parte de los protocolos de bioseguridad, está llamado a hacer un esfuerzo para racionalizar el vigor por subsistir en el marco de una industria interconectada, inmediata y digital que apuesta por levantarse del aprieto lo más rápido posible.

Es momento de pasar la página de las quejas y los lamentos, la crisis emite señales de alarma, pero a su vez abre puertas de oportunidades para resurgir y salir adelante de manera colectiva. La coyuntura se constituye en punto de bifurcación en el que las compañías trazan mecanismos para impulsar, vender, conectar y fortalecer la idea de negocio de manera eficiente y planificada; virar los servicios a la e-empres@, los servicios de ‘streaming’ y la presencia en las plataformas digitales alinea a la industria con un nuevo segmento de consumidores y sus hábitos de gasto para suplir las necesidades de manera competitiva.

La empatía es clave en la convergencia de sectores y la asociatividad de incertidumbres que acompaña a cada empresa, la lucha por sobrevivir llama a estar atentos a las oportunidades que trae consigo cada dificultad. En un símil con el fútbol, llega el momento de un tiempo extra o tiempo suplementario que dejará fuertes lecciones, fortalezas para pensar de una manera diferente y salir adelante en este momento que se comienza a ver la luz al final del túnel; cada compañía tiene en su entorno capacidades y desafíos diferentes que encumbran que la reinvención es una tarea de todos donde el liderazgo exaltará los laboratorios de innovación que transformarán la industria colombiana.

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