Los orígenes de la noche del 31 de octubre, conocida como noche de Halloween o de Todos los Santos (que traducida al inglés es ‘All Hallow’s Eve’ y derivó en el actual ‘Hallowe’en), se remonta a Escocia e Irlanda dentro de los pueblos celtas y druidas donde fue conocida como Samhain que etimológicamente significa ‘El final del verano’, indicando que a partir de la fecha los días iban a ser más cortos y las noches más largas por lo que los antiguos celtas se dedicaban a almacenar provisiones para el invierno.

El Samhain, al ser el momento del año donde este se dividía entre mitad luz (verano) y mitad oscuridad (invierno), representaba la división entre el mundo mortal y el otro mundo o mundo de los espíritus permitiéndole a estos últimos pasar a este mundo, por lo que vivos y muertos podían comunicarse, algo que hizo que fuera una de las fechas más importantes de las brujas donde se reunían para celebrar su Sabbat.

Por otra parte, el Samhain era celebrado dentro de estos pueblos invitando a sus familiares muertos con nabos ahuecados que en su interior contenían carbón ardiente con el fin de iluminarles el camino para guiarlos hacia sus casas; tiempo después los druidas cambiaron los nabos por calabazas debido a que las calabazas eran más fáciles de ahuecar. Seguido, honraban a sus familiares muertos con comida que dejaban a las afueras de su casa, algo que hoy es representado con los dulces que se le entregan a los niños disfrazados que van de casa en casa.

Kelly Torres (1)

Artículo relacionado

Así era la magia (con hechizos y todo) en el antiguo Egipto

Dentro de la costumbre los celtas también preparaban hogueras a las que lanzaban alimentos que previamente habían recogido de casa en casa como ofrenda a los dioses, junto a huesos de ganado e incluso uno que otro sacrificio humano, además de usar máscaras con el fin de alejar los malos espíritus que atravesaban ese umbral entre nuestro mundo y el más allá.

Actualmente esta festividad ancestral no tiene nada que ver con los rituales druidas o celtas y fue reconvertida para la sociedad actual del ocio, pero no por eso debemos olvidar sus orígenes a los cuales poco a poco vuelve con más fuerza.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.