En un partido de Copa, en Francia, el ‘9’ de la Selección cayó al piso aquejando un inmenso dolor. Su ligamento cruzado interior se había roto, junto con la esperanza de ir a Brasil.
Todo el país lo cobijó y él mantuvo viva la ilusión, pero los tiempos de Dios, como diría el ‘Tigre’, tenían otros planes en su carrera. Entre lágrimas, anunció que no estaría en la convocatoria de Pékerman, y el país lloró la noticia.
Hoy, tres años y medio después muchas cosas han cambiado, pero este ‘Tigre’ es el mismo, solo que ya pasó los 30 y ahora tiene la banda de capitán -bien merecida- que en aquel entonces portaba Mario Alberto.
También te puede interesar
Desde que se lesionó, Falcao ha trabajado por cumplir su sueño, y hoy tiene la última oportunidad de hacerlo realidad. No depende solo de él, todos debemos arroparlo.
Sé que si le tocara ponerse el país al hombro no nos defraudaría, como con esos dos penales cobrados frente a Chile en 2013, cuando 45 millones de colombianos le respirábamos en la nuca. Y por eso es que es único: ‘Tigre’ solo hay uno, el nuestro y de nadie más.
Contra Paraguay corrió hacia el mismo banderín para abrazarse con diferentes compañeros, lo estaba volviendo a hacer. Así nos pagaba luego que varios lo condenaran al retiro. Después sabemos lo que pasó, pero en sus declaraciones lo dejó claro: “Dependemos de nosotros; tenemos la capacidad para levantarnos”. Si lo dice él, quién no le va a creer.
Falcao es capaz de unificar ese vestuario y subirle el ánimo a cualquiera, no por nada está nominado al Balón de Oro.
En Perú el ‘Tigre’ será el mismo, y ellos lo saben; si le dan la oportunidad, ahogará sus esperanzas con un cabezazo al fondo de la red.
Vámonos para Rusia y saldemos una parte de la deuda que tenemos con el Falcao, así él no reclame un pago, jamás lo haría. Por eso es que solo hay uno, el nuestro y de nadie más.
LO ÚLTIMO