Hay personas que dejan huella por dos días, hay algunos que con un par de meses se superan y, para terminar, hay algunos que ni con dos vidas podremos olvidar, ¿qué hacer si ya has conocido al tuyo?

El amor no se puede elegir con fórmulas exactas. Yo he buscado por años que las personas sean conscientes a la hora de elegir con quién salen, y a quién se acercan, pero luego la vida, que es una maestra entera y que se escribe solita, me ha enseñado algo que todas las abuelas de ustedes ya saben: uno no elige de quién se enamora.

Por esta razón hay amores prohibidos, amores clandestinos, amores censurados y amores que terminan en tragedia.

Si tú has tenido que vivir este tipo de amor, imagino que habrás sentido algunas de estas situaciones:

  1. El man no es pa ti pero te encanta: Por más que lo ves por delante, por detrás, de día o de madrugada, el man no es. Bien sea porque es el conquistador del barrio, el peligrosón, el que tiene ya tres hijos con distintas, o porque tiene los modales de un jabalí, el man no saca los puntos para salir contigo, pero a ti no se te quita de la cabeza y, cuando lo ves, todo dentro de ti se echa a temblar. Cinco minutos delante de él equivalen a cuatro sesiones de pilates, yoga caliente y sauna turco por el desgaste que te genera.
  2. Está ennoviado o casado pero ahá: sabes que esa relación que tiene le ha durado media vida y sigues pensando que algún día, se termine. Te haces ilusiones con cómo será la vida de ustedes juntos, una vez que su mujer haya desaparecido del tablero para siempre. Lo que pasa es que vivir hipotecando el amor que no llega es un pésimo negocio y, aunque lo sabes, no se te ocurre otra cosa que pensar en él y borrarla a ella mentalmente con el filtro de eliminar con el fondo.
  3. El man que todo el mundo te recomienda no te gusta ni un poquito. Sí, listo. Reconoces a un buen partido cuando lo tienes delante. El man que todo el mundo te aplaude tiene trabajo y no es feo, es un tipo fiable y honesto, el mismo que le carga las bolsas a la mamá y alimenta gatitos en la calle. Un hombre querido, buena gente, todo un señor, pero no te gusta ni te mueve la aguja. Si saliste con él y le diste un beso, se te pasaron esos segundos pensando en tu amor prohibido.
  4. Si ya pasó algo con él, ese momento quedará guardado en tu archivo de momentos cumbre. Cuando piensas en unos brazos, recuerdas los de él, si te sueñas con unos labios, te vienen a la mente los suyos. Su forma de acercarse a ti, su olor, el tacto de su pelo, sus frases para decirte que te ve hermosa, todo lo que él ha hecho contigo se ha convertido en un tesoro que custodias en un lugar exclusivo. Nadie te ha hecho sentir lo que él te hizo sentir, y eso te lleva a la frustración.
  5. A él le gustas, le encantas, lo vuelves loco, pero te ve y se asusta. Tú eres también la protagonista de su novela dramática y romántica. Si por él fuera, ya te habría llevado en su moto a otro pueblo y estarían dándose besos en una montaña, sin papás, sin familia, sin compromisos. Lo que pasa es que la realidad se impone y nunca se van a ir en esa moto y a tomar avena o a ver el atardecer llanero. Ustedes van a sufrir ese amor clandestino día y noche y no hay mucho que puedan hacer. Lo lamento, pero sólo el tiempo puede librarlos de que se les achicharre el corazón.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.