El cambio climático, la contaminación, la deforestación y el abuso de las fuentes hídricas son realidades – no hay nada que hacer – con las que hoy tenemos que convivir.

A todos nos gustaría tener un mejor ambiente. Sin embargo, no sabemos a ciencia cierta esto cómo se cuantifica en términos prácticos. Por ejemplo, por cuestiones financieras –que invito a los lectores a corroborar o rebatir– durante los próximos años el grueso de la flota de Transmilenio que rodará por la capital será impulsada por combustible diésel.

Una buena pregunta para hacerse es, ¿alguien sabe cuál será el impacto Económico de esta decisión en la salud de los bogotanos? Seguro es mucho más difícil medir esto que el costo de transporte por pasajero según X o Y tecnología. Lo bueno es que también, seguro, se podrá medir (en unos años). Lo malo es que tal vez en términos incluso financieros la decisión tomada, nos puede dejar “quebrados”.

Los invito a leer el artículo, ¿Hacía dónde se mueve Bogotá? El dilema de los nuevos buses de Trasmilenio que escribí hace unos meses para www.energialimpia.co para ahondar en el tema. 1.400 buses diésel (la nueva flota que recorrerá la ciudad en los próximos 12 años) son bastantes. No obstante, no son nada comparados a los más de 16,000 eléctricos que transitan por la ciudad de Shenzhen en China:

Tampoco la idea es volcarse a las tecnologías ‘limpias’ a la ciega. Menos aún si esto implica problemas jurídicos: en el caso de los buses chinos eléctricos, al ser un único oferente, podría tratarse de una contratación ‘a dedo’; claro que, si se hubiesen ampliado los términos, quizás varios otros oferentes habrían podido participar. Al respecto hay, y habrá, mucha tela para cortar.

Yo quiero que veamos más allá. El caso mencionado es una simple muestra de que no invertir en tecnologías amigables con el medioambiente –pensando en el medio y largo plazo– simple y llanamente nos puede costar caro.

Juan Daniel Correa

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La invitación no es a deprimirnos, sino a proyectarnos. No tenemos que viajar al futuro. Solo hay que abrir los ojos. La inversión en energías renovables para el año pasado (2017) en el mundo superó los 333.000 millones de dólares y generó más de 10 millones de empleos. Y se estima que para el 2020 el 22,5 % de toda la matriz energética mundial sea generada a través de energías renovables. La cifra es impresionante tomando en consideración que, en 2010 sólo una década atrás, este porcentaje era de 8,6 %.

En este momento la energía limpia aporta anualmente aproximadamente 1.3 billones de dólares al PIB mundial. Es decir, más de un millón de millones. De sólo pensar en un sólo millón de dólares, tenemos aquí un millón de razones para invertir en este cuento.

Y eso que no estamos incluyendo datos de eficiencia energética. El ahorro también genera grandes beneficios. No sólo comparables con las mega cifras mencionadas, sino de la misma o mayor magnitud.

¿Cómo lo ven?

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.