Pero en vez de señalar que era políglota (que habla varios idiomas), dijo que era politóloga, que es una persona experta en analizar situaciones de la política. Por analogía, en razón de su sonido, confusión como esa podría también llevar a que, en lugar de oculista, que es el experto en asuntos de los ojos, el vocablo sea utilizado para definir defectos o afecciones en el trasero.
«Un pocotón de…»: Esta expresión, inventada por el vulgo, figura en castellano con sentido coloquial; es usada en Venezuela. Por su apariencia es aumentativo de poco, pero resulta ser un contrasentido, pues lo que quieren decir sus usuarios es que hay mucho de algo. Dicen, por ejemplo: «Tengo un pocotón de problemas». Seguramente se les disminuirían esos problemas, empezando por el que tienen con el idioma, si dijeran: «Tengo muchos problemas»; «Tengo gran cantidad de problemas». En cambio, el término que sí es castizo, culturalmente, en nuestro idioma es poquitín ─poco usado por cierto─, que significa que algo es muy poquito; este vocablo es el diminutivo de poco.
«Tiene el sartén por el mango»: Hay una discordancia de género en esta expresión, muy usada popularmente. Como quiera que el sustantivo sartén es de género femenino, el artículo que lo determina también debe estar en femenino: la. De lo que tenemos, entonces: «Tiene la sartén por el mango». ¿O será que cuando usan tal expresión estarán pensando en el sostén? En ese caso, sí se usa el artículo masculino (el); aunque es claro que ningún sostén tiene mango (ni mangas).
«A los niños los sueltan a las 6:00 p. m»: Así suelen expresarse algunas mamás para significar que sus hijos salen del colegio a las seis de la tarde. Pero al emplear la forma verbal ‘sueltan’ dan la impresión de que los estudiantes han estado amarrados o presos durante la jornada académica. Aunque, en sentido figurado, para muchos estudiantes el estudio sea una «condena a prisión», se sugiere decir: «Los niños salen a las 6:00 p. m.»; «Los niños terminan clases a las 6:00 p. m.», u otras semejantes, con las que se «suelte» a los estudiantes de aquel verbo opresor.
«Restaurante N.N los invita a celebrar de las fiestas ofreciendo precios cómodos al alcance de todos»: A la mayoría de quienes abren un negocio se les olvida consultar con un experto la escritura y ortografía de sus avisos publicitarios. Esta expresión, encontrada en un restaurante bumangués, fue usada para motivar a potenciales clientes a concurrir a su sede. Pero los invitan tan mal, que a cualquiera se le quitarían las ganas de ingresar. Porque, primero, les dicen que deben celebrar de, en lugar de celebrar las fiestas. Pudieron escribir, en cambio, «a disfrutar de las fiestas», que sí tiene sentido. Segundo, les piden que para que la celebración sea placentera, ellos deben ofrecer precios cómodos al alcance de todos (de ellos y los demás comensales), tarea tan difícil como aburridora. Sería una penitencia cruel antes de calmar el hambre. Esa locura ocurre por el uso erróneo del gerundio ofreciendo, que debió evitarse en ese caso. Además, el escribidor del aviso parece que no conoce la coma. Corrección: «Restaurante N.N los invita a celebrar las fiestas, y les ofrece precios cómodos, al alcance de todos».
«Con un sencillo pero sobrio homenaje religioso, se conmemoraron ayer los 50 años de vida sacerdotal de Monseñor…»: En un diario se quiso hacer tan expresiva la oración y su significado que se cayó en una redundancia. El vocablo ‘sencillo’ es equivalente a ‘sobriedad’. Además, unas bodas de oro (del género que sean) se celebran, no se conmemoran. Y el sustantivo monseñor (‘título de honor que concede el papa a determinados eclesiásticos), lo escribieron con inicial mayúscula; no era necesario, la minúscula es la indicada. El motivo requería sobriedad, pues se trataba de la celebración de las bodas de oro de un jerarca de la Iglesia católica. La sencillez es recomendable en el lenguaje para no enredarse. Así: «Con un sobrio homenaje religioso se celebraron ayer los 50 años de vida sacerdotal de monseñor…».
«Es un caso subgénesis»: La conocida locución latina es sui géneris, que significa de un género o especie muy singular y excepcional. Pero un redactor de noticias escribió este nuevo giro «españolizado». «Subgénesis» debe de ser algo que está por debajo del Génesis (primer libro de la Biblia); o por debajo de la génesis (principio de algo). Queda, entonces, la pregunta de si el redactor pensaría en el principio del mundo humano, o en el principio de su aprendizaje del idioma español. ¡Es un caso sui géneris!
¡Hablar y escribir bien: el reto de hoy!
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