Valga anotar que la fábrica de licores también recibe el nombre de destiladora.

1.- ¡Se fue el agua! Exclamación muy popular en Colombia cada vez que ese precioso líquido es suspendido por la compañía prestadora del servicio domiciliario. La verdad es que el agua no se va. Es suspendido su suministro a las residencias y demás inmuebles, bien por razones de trabajos técnicos, bien por falta de pago u otras razones. Aunque aquella frase tiene profundas raíces en la mentalidad colectiva, vale el esfuerzo modificarla por: «Suspendieron el agua». Esta expresión dice más claramente que, efectivamente, el servicio de acueducto fue interrumpido, cesado o cortado. Porque ¡el agua no se va!

2.- «Era de una respetable familia». Expresión común para hacer referencia a alguien que ha fallecido. Muy respetable es también la intención de loar al difunto, pero es injusta con las demás familias del orbe. Todo ser humano (por ende, toda familia) merece respeto, es decir, es respetable. Caso distinto es que no se la respete, que no sea respetado. Para obviar aquella imprecisión verbal es mejor decir: «Era de una distinguida familia»; «Pertenecía a una reputada familia»; «Formaba parte de un hogar reconocido», entre otras variantes.

3.- «La víctima fue un menor de 16 años». En Colombia, una persona es menor de edad cuando no ha cumplido 18 años. Una locución tal, entonces, resulta redundante, puesto que, si alguien tenía o tiene 16 años, es menor. Ahora, la misma afirmación se presta para una interpretación adicional: cabe preguntar en este caso, si la víctima fue un menor de 16 años, ¿cuántos años, entonces, tenía al fin? Porque menos de 16 puede ser 15, 13, 10, 8… Para evitar ese enredo, es mejor decir y escribir: «La víctima fue un menor de edad», y más adelante se podrá especificar: «contaba 16 años». Más directamente y preciso: «La víctima tenía 16 años». También: «La víctima fue fulano, de 16 años».

4.- «Tenemos bolsos para damas de puro cuero. Un aviso comercial como este llamará poderosamente la atención, pero no despertará interés en las mujeres, puesto que no habrá alguna «de puro cuero» que desee ingresar al almacén. El problema es de sintaxis (coordinación correcta de las palabras). Aquí no funciona aquello de que «el orden de los factores no altera el producto», puesto que en estos casos sí se altera el sentido de las oraciones. Corrijamos, entonces: «Tenemos bolsos de puro cuero para damas».

5.- «Vuelvo y repito. Esta es una oración redundante. En concordancia con las acepciones que tiene el verbo volver, significa «producirse de nuevo una cosa; hacer de nuevo o repetirse lo que ya se había hecho». Del mismo modo, la palabra repetir indica «volver a hacer o decir lo que se había hecho o dicho». Así que cuando se dice «vuelvo y repito», se está indicando que un hecho o situación se dice o hace cuatro veces: dos veces por volver y dos más por repetir. Son mejores las formas: «Vuelvo y digo»; «Repito que…»; «Reitero tal asunto».

  1. «Está abierta la licorera». Generalmente, los lugares donde se venden ciertos productos toman su denominación de sus nombres. Así, por ejemplo, panadería se deriva de pan; bizcochería, de bizcocho; papelería, de papel; heladería, de helado, etcétera. Ocurre que muchas personas suelen llamar licoreras a los sitios donde se venden licores, pero la expresión no es correcta. Licorera es la fábrica de licores, también es el utensilio de mesa donde se colocan las botellas de licor y, a veces, los vasos o copas donde se sirve trago. Valga anotar que la fábrica de licores también recibe el nombre de destiladora. Un expendio de licores es una licorería. En este caso se dirá y se escribirá: «Está abierta la licorería».
  2. «Ponga este cidí». El disco compacto remplazó hace muchos años al antiguo disco de larga duración (Long Play). Lo malo fue que sus promotores «pegaron» la costumbre de hacerlo llamar abreviadamente por sus dos letras en inglés: cidí. Lo preciso hubiese sido (como es) que se lo denominara disco compacto. Si de abreviar la expresión se trata, entonces lo correcto es llamarlo cedé (CD, en español). Así, la letra ce -c- traduce compacto, y la de -d-, disco. En gracia de discusión, es preferible ese vocablo (cedé, en español) que el extranjerismo cidí. «¡Ponga este cedé!». Pero mejor aún: «Ponga este disco». ¡Más criollo!

8.- Lapso de tiempo. Esta expresión es redundante. Si lapso significa espacio de tiempo, sobra mencionar esta última palabra de nuevo. Es tanto como decir subir para arriba, y bajar para abajo. Formas ideales: «En un breve lapso concluiremos el proyecto»; «En corto tiempo habremos concluido el programa»; «En un lapso de seis u ocho días enviaremos un nuevo informe».

  1. «Nos llegaron camisas para hombres de satín». Este también es un caso de falta de sintaxis. Como no existen los «hombres de satín», lo obvio es que se escriba: «Nos llegaron camisas de satín para hombres». O directamente, sin especificar el sexo de los usuarios: «Nos llegaron camisas de satín». Así lucirán elegantes no solamente los hombres que usen esas camisas, sino nuestro idioma castellano.

¡Hablar y escribir bien: el reto de hoy!

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