Iniciemos con una confesión. Honestamente, toda la situación generada por la pandemia del coronavirus abruma. Hay tanta información disponible, hay tantos datos circulando y sobre todo hay tantas alarmas encendidas que uno como lector desprevenido termina lleno de miedos e incertidumbres.

En medio de tamaña explosión de datos y conectividad, entreguemos algunos datos. La coyuntura que vive el planeta por cuenta la propagación del COVID-19 está obligando a millones de personas a quedarse en sus casas. Las cifras en países que están en cuarentena son elocuentes. Según la compañía tecnológica Akamai, el tráfico en Internet a nivel global aumentó el un 56%, en comparación con la media acumulada de los últimos 60 días.

En España, el tráfico a través de las redes IP ha experimentado incrementos cercanos al 40% mientras que el uso del móvil ha aumentado alrededor de un 50% en la voz, y un 25% en los datos. Asimismo, el tráfico de las herramientas de mensajería instantánea como WhatsApp se ha multiplicado por cinco.

Y el tercer dato es quizá el más revelador. De acuerdo con las cifras que han revelado distintos operados en España, la plataforma que más aumentó su tráfico fue Netflix con un porcentaje cercano al 51%. Lo que es una barbaridad, si se tiene en cuenta que los contenidos por ‘streaming’ resultan ser los que más acaparan el ancho de banda (imaginen que la banda es la Autopista Norte, con huecos y todo, y Netflix acapara dos de los cuatro carriles).

Casi que al unisonó los gobiernos de los países afectados por la pandemia y que han optado por estrategias de aislamiento les han solicitado a los usuarios que tengan un uso racional de la red (un secreto a voces: internet no es infinito) y también le han pedido encarecidamente a Netflix que baje la calidad de reproducción de contenidos para que acapare el ancho de banda. Entiendo, que tanto la plataforma como YouTube y Facebook han acogido esta recomendación, quiero pensar que así fue.

-Comparto un truco para mejorar la experiencia de todos en la casa: en un escenario de trabajo y estudio remoto, los usuarios pueden descargar contenidos en video durante la madrugada para que pueda ser visualizado durante el día sin demandar ancho de banda-.

Ahora vamos con una frase de Coelho. Estas crisis también muestran las oportunidades y revelan los que siempre están ahí. Las restricciones del ‘streaming’ han hecho que la televisión tradicional y la radio se destaquen. Kantar Ibope Media reveló en su más reciente reporte que el consumo televisivo de los colombianos continuó en ascenso durante la segunda semana de cuarentena obligatoria. En promedio, los televidentes permanecieron 47 minutos más frente a las pantallas. Así las cosas, el aumento en el índice de audiencia fue del 12%, alcanzando un promedio de 24,96% nacional.

Sin duda, reconforta que los consumidores valoren con su audiencia el esfuerzo que están haciendo cientos de periodistas, productores, camarógrafos, maquilladores y personal técnico por ponerle rostro a tanta información. Por ponerle rostro a tanta incertidumbre y a tantas dudas.

Quizá vivamos tiempos de profundas transformaciones. No lo sé. Lo cierto es que lo que hace menos de un mes parecía imposible se está dando. La televisión volvió a demostrar su alcance y su potencia. Y reconforta porque detrás de esta industria hay millones de familias. También porque el todopoderoso internet y las todopoderosas redes sociales están bajando del pedestal.

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*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.