Gómez y sus esbirros escogieron el peor momento de la historia reciente de ‘la Mechita’ para lanzar un chambón homenaje a la generación de los 80: en medio de apuros económicos, sin jugadores de renombre entre los “refuerzos”, con un ayuno de títulos de más de una década y en una crisis de identidad futbolística, el nuevo escudo es un golpe bajo a los hinchas y una puñalada a la marca.

Escudo del América y Tulio Gómez

Artículo relacionado

La insólita razón por la que dueño del América quitó el diablo del escudo

El personaje llegó al escudo a principios de los años 40, cuando los jugadores “corrían como diablos”, según describió una crónica de El Gráfico de la época, y desde entonces su figura se ha convertido en un símbolo de la cultura americana, en parte de la identidad, y como tal, en un elemento representativo de la marca. Retirarlo le resta valor automáticamente. Es como suprimir a Juan Valdez del Café de Colombia o al ‘Rampante Cavallo’ de Ferrari.

El rechazo al destierro del diablo va más allá de una pataleta de internautas en las redes sociales: la hinchada, que finalmente es la clientela de un negocio llamado América de Cali, ha anunciado masivamente que no comprará la camiseta, ni artículos que contengan el nuevo escudo. Un paso en falso para Umbro y para un club donde “no hay plata”, según repite cada tanto Gómez.

Pablo Armero

Artículo relacionado

¡América quitó el diablo de su escudo! Barra brava está indignada y no comprará camiseta

Sin embargo, a la luz de la historia, no es tan grave como lo siente la hinchada escarlata. De las 13 estrellas que ostenta el club, ocho se obtuvieron en ausencia del diablo: las siete primeras, por agüero del médico Gabriel Ochoa Uribe, y la más reciente, en 2008, cuando los bloqueos de la lista Clinton obligaron a modificar la razón social y la imagen de la institución.

Ahora el debate debe volver a las canchas. Si realmente se quiere rendir homenaje a la generación del pentacampeonato, la mejor manera es hacerlo con títulos, corriendo “como diablos”, volviendo a traer jugadores del nivel de Gareca, Falcioni, Cabañas o De Ávila; haciendo al América grande de nuevo.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.