Ellos han sido asesinados en números que superaron los 155 en 2018 y hasta los que velan por la preservación de los recursos naturales en las zonas más alejadas de la geografía nacional, para quienes el panorama tampoco ha sido muy alentador que digamos.
La lucha por la preservación del medio ambiente ha supuesto una desigual disputa entre los colectivos ambientales del país, que generan espacios de visibilización de problemáticas medioambientales en zonas de extracción de minerales, y los grupos al margen de la ley que controlan la explotación ilegal y el tráfico de drogas utilizando métodos violentos de intimidación.
Francia Márquez Mina, líder social del Cauca y ganadora en 2018 del prestigioso Goldman Environmental Prize, también llamado el Nóbel ambiental, denunció el fin de semana pasado que recibió un atentado con disparos y una granada mientras se encontraba acompañada de varias personas preparando una reunión con el gobierno nacional; aunque ella salió ilesa, dos de sus escoltas resultados heridos en el atentado.
Dos días después del ataque, Victor Hugo Moreno, presidente de la Asociación de los Consejos Comunitarios del Norte del Cauca y quien se encontraba en el mismo lugar que Francia cuando intentaron asesinarla, recibió un mensaje a su celular que revalidaba el terror reinante en esta zona: “(…) lo del sábado es solo el comienzo de lo que les sucederá a todos ustedes; la próxima morirán todos los miembros de su organización (…) y todos aquellos que cerraron la vía humanitaria en la llamada minga, les llegó la hora negros… (…)”.
Reconocida internacionalmente por su incansable lucha contra la explotación de oro en la zona aferente al río Ovejas del municipio de Suarez, Cauca, lugar de donde es oriunda, Francia logró mediante una acción de tutela en 2009, que la Corte Constitucional retire los títulos mineros a la multinacional Anglo Gold Ashanti; a partir de ese momento recibió toda suerte de amenazas por las que debió abandonar su territorio en 2014.
Según la ONG inglesa Global Witness, Colombia pertenece a los países donde es más peligroso ejercer la defensa del medio ambiente, solamente superado por Filipinas, y Brasil que presentan cifras alarmantes de ambientalistas asesinados. En el último sondeo que esta prestigiosa ONG realizó, se recolectaron datos de 2017 donde nuestro país se encuentra en el triste tercer puesto global de lugares donde más se asesinan defensores del medio ambiente.
Que nuestros líderes ambientales, quienes salvaguardan los recursos naturales y el equilibrio de los ecosistemas sin los que la vida del hombre sería una quimera, sean objetivo de fuerzas oscuras que quieren acallarlos a como de lugar, nos debe convocar como sociedad civil para protegerlos y que no sigan siendo una estadística más en el país donde todo aquel que lucha por el medio ambiente es borrado de la lista de manera violenta.
El planeta nos pertenece, y los impactos negativos que se generan por la megaminería, la extracción ilegal de recursos, el envenenamiento de ríos, y la erradicación indiscriminada de la selva, los sufriremos irremediablemente todos quienes lo habitamos.
Que Francia Márquez siga siendo esa abanderada infatigable por la preservación de la vida, es deber de todos. No la dejemos sola.
*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.
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