Una escena macondiana se vivió a plena luz del día, en la carrera tercera con calle 14 del centro de Ibagué, cuando un grupo de vendedores ambulantes decidieron sacar una olla, prender leña y armar un sancocho, exactamente en el mismo lugar donde unos días atrás habían sido retirados por las autoridades.

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Este improvisado compartir de los vendedores informales se da en el marco del Plan Integral para la recuperación del Espacio Público, lanzado hace unas semanas y en el que trabajan conjuntamente varias dependencias de la Alcaldía, para devolverle a los ciudadanos algunos puntos tradicionales de la ciudad.

Sin embargo, poco les importó a los vendedores informales la presencia de uniformados y vigías del espacio público, pues ante la mirada atónita de estos, no hubo quien los detuviera, ni quien se quedase sin un buen plato cargado de caldo con pollo, plátano y papa.

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Rubén Darío Mellado, representante y vocero de este otro lado de la economía Ibaguereña, explicó que el acto se hizo como un gesto de generosidad hacia unos compañeros, quienes se habían visto perjudicados por unas acciones adelantadas por la Administración Municipal. 

“El 11 de noviembre a la 9 de la noche, la Policía Metropolitana, funcionarios de la Secretaría de Gobierno y trabajadores del Espacio Público, sellaron una bodega donde varios de nuestros compañeros guardaban la mercancía. Medida que se extiende por 10 días, por lo que hay muchos que llevan un buen tiempo sin poder trabajar, así que entre todos juntamos un dinero y compramos las cosas para hacer un almuerzo, con el objetivo de darle de comer a aquellos que no lo han podido hacer”, aseguró Mellado.

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A su vez, detrás del irreal ‘paseo de olla’, el vocero manifestó que también hay intenciones simbólicas, pues el acto sirvió como forma de hacerle saber a las autoridades el inconformismo que tiene el sector, con respecto a la forma en la que se ha llevado a cabo la recuperación de los sitios invadidos.

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“De igual manera, también sirvió para enviarle un mensaje a la Administración Municipal, para que no nos humille de la manera en que lo han venido haciendo. A la muestra de un botón, por hacer un sancocho en el lugar donde trabajamos, vino la Policía y otros funcionarios a tratarnos mal, a humillarnos y a amenazarnos. ¡Qué tristeza!”, afirmó.

Inconformidades adicionales

Por su parte, a los malos tratos que argumentan estar sometidos, los vendedores ambulantes comentan que hay aires de inconformidad con respecto a los sitios que están dispuestos para su reubicación, pues en algunos de ellos, como evidenció este periódico el pasado domingo proliferan, los malos olores y los excrementos humanos.

“Adicionalmente, hoy era el día D para la reubicación, pero yo cuestiono la preparación y la logística porque ¿Será que ellos (Alcaldía) tienen el listado de la personas que se van a ir a la ‘T’ de Telecom o la ‘L’ del Ara? La respuesta es que no los tienen”, concluyó Mellado.