Si bien el concepto de corrupción está la mayoría de las veces asociado al deterioro del Estado por su desangre a manos de personas inescrupulosas, es un fenómeno que también corroe al sector privado, por prácticas deshonestas.

Esto es lo que ha venido quedando plasmado en la trama de la icónica producción colombiana. El capítulo de este miércoles abordó la situación, especialmente en un punto en que ocultar una maniobra corrupta del presidente de la empresa se volvió insostenible.

Jorge Herrera, Adriana Franco, Mario Duarte y Ana María Orozco, actores.

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Betty, como secretaria de la presidencia, le reclama a su jefe, Armando Mendoza, por haberla obligado a maquillar informes y mentirle a la junta directiva, pero sobre todo por haberla enamorado para utilizarla, algo que acabaría momentos después.

Incluso, por sus torcidos, Mendoza le ordenó a Betty crear una empresa de papel a su nombre que, a final de cuentas, embargó a Ecomoda, situación que quedó al descubierto en el capítulo de este miércoles. Esa es otra de las virtudes de la serie, que no solo refleja los ires y venires de los personajes dentro de una empresa, sino de los malos manejos de la misma. Cualquier parecido con la realidad…

El momento cumbre del capítulo de este miércoles, que no fue precisamente el que desató las reacciones de los televidentes, fue cuando ella se niega a cambiar el informe, y el presidente Mendoza se ve obligado a confesar, dándole el giro definitivo a la historia de cara a su tramo final.

Esta es la escena completa en la que por fin se destapan los actos de ocultamiento (corrupción) de ambos socios gracias a la valentía de Betty:

Después de esto, Betty les da una salida a los directivos, con una dignidad que nunca le reconocieron, renunciando a la empresa:

Esto obliga a Mendoza a reconocer sus maniobras y dejar también su posición y la empresa que llevó a su fin:

La mayoría de las reacciones en redes sociales destacaron tan buen capítulo, pero no se enfocaron en el valor de Beatriz Pinzón Solano, que salió airosa y dignamente al regresarles la empresa, pudiendo haberse quedado con ella. La junta observa impávida y queda desarmada para seguir maltratando a Betty, que se va con altura y sin mancha alguna después de haber sido utilizada por sus superiores.

Aunque fueron pocas, sí hubo personas que la valoraron:

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