Pudo ser producto del pegajoso y excitante rock de la banda irlandesa liderada por Bono, cuyo sonido ya se ha universalizado y es reconocible en cualquier parte así haya explorado también en otros géneros como el pop y hasta el góspel.

Desde su formación por allá en 1976, el grupo ha construido las letras de sus canciones en torno a temas espirituales y de justicia social y paz. Es decir, no es un contenido nuevo ni oportunista. Y nadie se queja por ello. Si a alguien no le gusta esa música, no va a un concierto.

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Pero algunos, sin embargo, aseguran que en la presentación del sábado en Bogotá U2 tuvo una intención política favorable al Gobierno. Aunque hubo varias manifestaciones en ese sentido, una fue representativa que agitó las redes, la de Erika Salamanca, que planteó serias dudas:

Los reproches no se hicieron esperar:

Pero a Salamanca no le cobraron solo eso, sino el hecho de que hubiera estado buscando desesperadamente boletas para el concierto:

Sobre estos señalamientos que se le hicieron a U2, Vanessa de la Torre destacó en El País, de Cali, que Bono, “como es usual en sus conciertos, sacó a relucir su activismo. Habló menos que en otras ocasiones […], pero fue contundente en su apoyo a la paz de Colombia. Cerró el concierto con una majestuosa bandera de nuestro país de la cual elevaba vuelo una enorme paloma blanca”.

Y califica de “atrevimiento”, producto de la “ignorancia infinita”, mensajes como el de Salamanca (aunque no la menciona directamente) que dijeron que el Gobierno había mediado para que Bono dijera lo que dijo.

“¿Alguien, de verdad, en serio, puede creer que a Bono lo pueden influenciar para que diga algo?”, se pregunta. “[…] Me resulta lamentable que todavía haya algunos que crean posible tanta estupidez”.