En las últimas horas, y sin permiso de sus compañeros en el alto tribunal, Malo decidió tomarse el día y no asistir a la citación más reciente en la sala plena. Sin embargo, como aún es un magistrado activo continúa recibiendo el millón de pesos que cuesta su día de trabajo, indicó Semana.

Las diversas incapacidades que ha presentado Malo, que incluyen diagnósticos como estrés y depresión, han logrado que a estas alturas la EPS le haya “desembolsado casi 60 millones de pesos al cuestionado jurista”, agregó la revista.

Cabe señalar que por ley, durante las incapacidades el magistrado devenga su salario normalmente. Así como las prestaciones sociales de diciembre que debió entregarle la Rama Judicial.

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Esto no sucede durante las licencias que también ha tomado. Durante ese tiempo su sueldo si queda congelado, por lo que todas las ausencias recientes han estado sustentadas en excusas médicas.

Adicionalmente, “si cuando el magistrado vuelva la Corte decide aplicarle las nuevas normas y separarlo de sus funciones, Malo continuaría recibiendo su sueldo, que supera los 32 millones de pesos”, señaló el Tiempo.

Luego de haber estado ausente este martes, se desconoce si Malo va a tomarse los siguientes tres días, hasta este viernes, y que le coinciden con el descanso de Semana Santa. De esta forma seguiría retrasando su proceso judicial por el cartel de la toga, al menos hasta el lunes 2 de abril.

Cuando se cumpla ese plazo, Malo podría pedir una nueva licencia no remunerada de tres meses, a la que tienen derecho los magistrados una vez al año. Posibilidad que está estudiando su defensa, aunque “no es claro que esta vez reciba la bendición de sus colegas”, agregó Semana.