Sobre la conveniencia de objetar 6 artículos de la ley estatutaria de la JEP que para el analista político de El Espectador es “arbitraria e inconstitucional” y estaban destinadas a formar un enredo “aquí y afuera”.

“Honrando el talante fascista de su partido, Duque supuso que ante sus objeciones solamente protestarían los que allá denominan ‘mamertos’ y que el asunto se arreglaría con comunicados de respaldo de sus aliados, la mayoría enemigos acérrimos de la paz muchos de ellos temerosos de que esa justicia transicional evidencie sus fechorías de antaño”, señaló Bejarano.

Y agregó que el presidente Duque estaba muy equivocado en sus cálculos porque esperaba que con el coro de sus asesores jurídicos con los que pretendía “provocar un ‘consenso nacional’ cuando no ha hecho otra cosa estigmatizar y perseguir a críticos y opositores”.

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“Este gobierno no tiene juristas sino tinterillos taimados y manumisos” que en otras oportunidades han servido para “alterar el rumbo del país y ahora aspiran a regresarnos a la guerra”, destacó el columnista.

Pero especialmente, Bejarano resaltó que la comunidad internacional –incrédula sobre  la buena fe del gobierno– no comió entero la objeción por lo que “sería una paradoja que Duque, quien sueña con pulverizar al dictador Maduro en la CPI, termine siendo víctima de su propio invento”.