Un giro de 180 grados le dio un vuelco al caso del vigilante que, presuntamente fue torturado y secuestrado en el barrio San Pablo, en Ibagué.

De acuerdo con información suministrada por Ondas de Ibagué, el presunto secuestro y tortura de un vigilante del hospital Federico Lleras podría tratarse de un caso de justicia por manos propia.

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Según el abogado de la defensa, Jonathan Materón, el hombre Cristian Mauricio Macías sostenía una relación con una mujer que vive en ese mismo sector de la ciudad.

“Cuando suceden los hechos el lunes, este joven vigilante es una persona que cuando se le configura el secuestro, cuando en la audiencia nos manifiesta la Fiscalía que el joven es entrado a la vivienda, eso no es así, en primera medida porque el joven sostenía una relación sentimental no habitual, pero sin sentimental y él tenía acceso a la casa”, declaró Materón.

Además, reveló que, el vigilante habría intentado abusar de la hija de la madre, de 15 años, por lo que se tiene material probatorio que evidencia acoso.

“Él no iba con los ojos de la mamá, el joven también tenía otra relación con la menor, porque tenemos las pruebas en la Fiscalía General de la Nación, tenemos unos chats donde él le envía fotos obscenas, le dice que tenga relaciones”, agregó el abogado.

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“En el contexto real, en el momento que yo veo a una mi prima, hermana, prima o mujer que está siendo acosada cuál puede ser la reacción, ¿cómo puedo yo reaccionar al ver a mi hermana que está a punto de agredir?”, sostuvo el abogado.

Cabe recordar que, en el caso se estimó que, habrían otras personas implicadas, a lo que el abogado aclaró: “Es importante aclarar que un joven y una mujer que era la exnovia, pero se guardan gran cariño y amistad y el otro joven era el cuñado de él y entró porque ahí vive la novia, es decir que también era familiar, ahí le pasó como Davivienda, los encontraron en el lugar equivocado”.