Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por Santiago Buenaventura   Jul 23, 2023 - 9:02 pm
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El nombre del exparamilitar Salvatore Mancuso es, de lejos, el más conocido entre los de decenas de personas que han sido nombradas como gestoras de paz por el Gobierno del presidente Gustavo Petro en su apuesta por alcanzar el fin del conflicto con los principales grupos armados del país.

(En contexto: Petro nombra al exjefe paramilitar Salvatore Mancuso como gestor de paz)

Su designación, que se conoció este domingo, llegó luego de que hace 10 meses el propio Mancuso se puso a disposición de Petro para colaborar en la ‘paz total’, pero tomó por sorpresa a varios sectores del país. En medio de declaraciones de lado y lado, persiste una pregunta fundamental: ¿qué significa ser gestor de paz?

Lo primero que hay que decir sobre el caso de Mancuso es que todavía hace falta el decreto presidencial que avale su nombramiento. Ese documento tendrá que contener el período de vigencia de su rol, un tema que ha despertado dudas debido a que el excomandante paramilitar sigue recluido en una cárcel de Georgia, Estados Unidos, y aún no se define cuándo regresará a Colombia ni cómo responderá por las deudas pendientes que tiene con la justicia nacional.

¿Qué hace un gestor de paz?

La figura de los gestores de paz, que existe a partir de la Ley 418 de 1997, fue creada para designar a personas que han pertenecido a los grupos armados ilegales y que pueden prestar sus buenos oficios en varias tareas que ayuden a alcanzar acuerdos humanitarios o avanzar en contactos que permitan consolidar la paz con esas estructuras.

(Lea también: Salvatore Mancuso: su designación como gestor de paz y los pendientes con la justicia)

Una fuente cercana a Mancuso le dijo a Colombia+20 que aún no se ha definido cuál sería el grupo armado para el cual sería designado. Sin embargo, no hay que olvidar que el espectro de los gestores de paz es amplio.

“En Colombia los gestores de paz vienen actuando hace varios años escogidos por las organizaciones o grupos armados y por el gobierno, para facilitar los diálogos y las negociaciones de paz. No obstante, la labor de gestor de paz es amplia, se aplica a la realización de múltiples tareas y, por tanto, puede vincular a personas al margen de la ley, a personalidades y líderes que trabajan por la paz; a actores comunitarios que, en el terreno, están comprometidos con la promoción y ejercicio de los derechos humanos y la justicia social, siendo imprescindible el apoyo interdisciplinario y económico, el acompañamiento sicosocial, la preparación, para afianzar sus proyectos de vida e incidir positivamente en su entorno”, explicó el profesor Keneth Burbano en una de sus columnas en El Espectador.

En una carta que Mancuso le envió a Petro en octubre de 2022, aseguró que estaba en disposición de contribuir a la Paz Total. “No tengo impedimento alguno para asumir las tareas que correspondan en el objetivo compartido de lograr la paz total para Colombia”, escribió el exjefe paramilitar en la misiva.

(Puede leer: Esto dice la carta que Mancuso envió a Petro para participar en la “paz total”)

Solicitudes de ese tipo ya habían sido elevadas a otros presidentes por parte de antiguos paramilitares. En 2016, Daniel Rendón Herrera (Don Mario), pidió ser gestor de paz argumentando que quería “iniciar procesos regionales que terminen en un gran acuerdo nacional entre la sociedad y actores del conflicto y así llegar a la paz estable y duradera”. Su propuesta incluía promover la desmovilización de 6.000 miembros de las bandas emergentes que decía controlar.

‘Karina’, Rodrigo Granda y otros gestores de paz

Uno de los presidentes que más ha usado la figura de gestores de paz es Álvaro Uribe Vélez. En su momento, los nombramientos no estuvieron motivados en una exploración de voluntad de paz, sino que fueron una estrategia para excarcelar guerrilleros que lograran la desmovilización de sus excompañeros de armas.

En 2009, el rol de gestora de paz también le fue otorgado a Elda Nellys Mosquera, ‘Karina’, luego de que desertó de las Farc, tras una fuerte presión de organismos de inteligencia a una de sus hijas. “Esta es la posibilidad de seguir trabajando no desde la guerra sino desde la pacificación, el diálogo y la política”, dijo en su momento, e invitó a la guerrillerada a dejar las armas.

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Dos años antes, en 2007, Uribe designó al exjefe de las FARC Rodrigo Granda como gestor de paz. En ese momento, Granda estaba preso en la cárcel de La Dorada, tras ser “capturado” en una operación ilegal en territorio venezolano en diciembre de 2004.

En los 24 años de existencia de las gestorías de paz, uno de los casos emblemáticos ha sido el de “Juan Carlos Cuéllar” (Gilberto Astudillo Victoria). Él ha sido puente entre esa guerrilla y los gobiernos de Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos e Iván Duque en sus intentos por lograr la paz con el ELN, y actualmente tiene ese rol en las negociaciones que esa guerrilla adelanta con el Gobierno Petro.

Por ahora habrá que esperar a que el jefe de Estado o su alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, despejen las dudas sobre la labor que desempeñará Salvatore Mancuso y bajo qué condiciones se prevé que la ejecute.

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