“¿Se está abriendo camino a ese estilo?” agrega la periodista, que dice que las redes sociales están convertidas en el escenario donde se establece la ofensa, donde hay reincidencia en la ofensa y donde a la hora de rectificar, también se rectifica en esas mismas redes sociales, pero cuando los daños ya están hechos.

En el debate de Hora 20 de este martes también participaron el senador del Centro Democrático Sergio Araujo, Maria Mercedes Maldonado, exsecretaria de hábitat y planeación de Bogotá y César Rodríguez, director de Dejusticia y columnista de El Espectador. “Ustedes han visto por ejemplo que muchas veces las correcciones de las noticias falsas generan más atención inicial que la corrección (…) en un cálculo de costo beneficio le cuesta menos al expresidente Uribe, rectificar, que dejar de tuitear verdades a medias o incluso calumnias o injurias”, dijo César Rodríguez.

Mercedes Maldonado puso sobre la mesa el hecho de que el senador Uribe tiene los mecanismos judiciales legalmente establecidos para actuar contra Daniel Coronell si cree que en alguna de sus columnas ha dicho cosas que afecten su buen nombre y su honra, pero que en lugar de recurrir a eso se ha remitido a la difamación en Twitter, porque en esa red social tiene muchísimos seguidores.

El senador Araujo, por su parte, dice que Álvaro Uribe sí cumple con la sentencia y a la vez hace uso de su derecho a reivindicar su buen nombre. “Uribe está dentro de los límites sentados por la Corte Constitucional sobre el legítimo ejercicio de exponer su opinión”. En el mismo debate dice que la de Coronell  es una pelea personal en contra del expresidente: “Si revisamos la cantidad de columnas de Daniel Coronell de los últimos, tal vez 10 años, encontraríamos que el 65% o 70% versan sobre Uribe, y si eso no es una pelea personal, yo no sé qué es una pelea personal”.

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Cabe entonces la pregunta, ¿se trata de una pelea personal? César Rodríguez concluye: “Es justamente la lógica de amigo-enemigo, la lógica que nos saca de la confrontación basada en hechos y basada en argumentos a la confrontación basada en señalamientos personales que son intimidantes y que son peligrosos en un país tan volátil como Colombia”.