El mismo día en que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) terminó su visita al país para enterarse de las denuncias de violaciones a los derechos humanos durante el paro nacional que ya cumple 45 días, se conoció un audio de dirigente de Fecode Nelson Alarcón, que pone la lucha de este sindicato ya no en el plano de las simples reivindicaciones laborales de sus docentes asociados, sino en el de la disputa por el poder en Colombia.

“Hay que cambiar la táctica. No hacer movilizaciones todos los días sino de una forma escalonada”, dijo Alarcón en un video que se difundió profusamente este jueves. “Acá tenemos que robustecer, porque esto es a largo aliento. Esto es con miras a llegar al 2022 y seguir mucho más allá para derrotar al Centro Democrático, para derrotar a la ultraderecha y llegar al poder en el 2022″.

Muchas personas entendieron las palabras de Alarcón como la manifestación de su propósito de llevar el paro hasta el 2022 para derrotar al uribismo en las elecciones presidenciales. Una de esas personas fue el periodista Julio Sánchez Cristo, director de La W, que le preguntó a Alarcón: “¿Don Nelson, el paro no era para otra cosa? ¿No era para reclamar y sentarse a negociar válidas peticiones?”.

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Para Alarcón, el paro y las movilizaciones son “una lucha política”, y apeló a una forma de respuesta común entre quienes quieren explicar algo que dicen, aparentemente, en un círculo cerrado, pero después se hace público: la idea de que fueron sacados de contexto.

Aquí no se puede desdibujar ni descontextualizar una intervención que hice con unos compañeros sindicales. Mal haría en decir que es mentira lo que les he dicho. Pero es una intervención mucho más extensa; me sacan de contexto con esa grabación”, agregó el dirigente sindical en esa emisora, y aprovechó el espacio radial para insistir en el tema del pliego de peticiones que presentaron los organizadores del paro en 2019.

No respondió la pregunta de Sánchez Cristo, que tuvo que insistirle: “Don Nelson, yo no le estoy preguntando por el pliego en el cual usted tiene toda la razón. Yo le estoy preguntando por la motivación política que usted expresó ayer. No entiendo que el paro tenga como norte, ‘largo aliento’, llegar al 2022 para derrotar a otra fuerza política. Eso es lo que quiero que me explique”.

“Por eso. Pero para poder explicar eso, tengo que hablar de eso”, comenzó su nueva respuesta Alarcón. “Porque es que aquí, por eso decía… El paro es una lucha política, por reivindicaciones, por que haya mejores oportunidades, por que haya oportunidad de empleo, por que haya escenarios en los cuales los jóvenes puedan ir a las universidades, que nuestros niños puedan estar en las instituciones educativas en condiciones dignas”.

Pero después de estos lugares comunes (comunes, además, entre los políticos en campaña), Alarcón volvió al denominado pliego de emergencia y, para tratar de conducir su respuesta hacia lo que le había preguntado Sánchez Cristo, dio, en sus palabras, la definición de ‘política’ del diccionario de la RAE: “Es la actividad de un ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto o cualquier otra forma”.

“¿No le da pena? ¿No está haciendo politiquería?”, preguntan a dirigente de Fecode

De nuevo, Sánchez Cristo tuvo que interrumpir al dirigente sindical para precisarlo. “Las cosas por su nombre: además de todas las peticiones, válidas, que tiene el sector de los profesores, el paro tiene un alcance político para el proceso electoral de 2022”, subrayó el periodista.

“No, aquí estamos diciendo que hay que transformar a nuestro país. ¿Qué partido está gobernando este país?: el partido mayoritario de gobierno. Y yo lo he dicho siempre y públicamente en los escenarios, en la plaza pública: el Centro Democrático es el partido que hoy está gobernando nuestro país, y lo ha hecho mal. ¿Y cómo hay que transformarlo cambiarlo [al país]? Democráticamente, en el marco de la Constitución, en el marco del Estado social de derecho. ¿Y con qué es? Con el voto popular”, respondió Alarcón.

Pero Alarcón es dirigente de un sindicato de educadores, Fecode, en cuyos estatutos, en el apartado relativo a sus objetivos y fines (Artículo 4º), no aparece por ningún lado la lucha por el poder político en Colombia. Los nueve literales que marcan el derrotero de este sindicato empiezan por hablar de la “unificación de los trabajadores de la educación, la ciencia, la técnica y la cultura defendiendo sus derechos laborales, sociales, económicos y profesionales”.

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Siguen con prestar asesoría a sus sindicatos filiales “ante empleadores y autoridades […]”, “impulsar los cambios necesarios de las condiciones de trabajo, formación y actualización profesional, estímulos y garantías para la prestación del servicio educativo […]”, “impulsar el fortalecimiento del sistema educativo nacional y promover y orientar la participación de la sociedad en el mismo […]”, y así sucesivamente hasta llegar a “fomentar la creación de instituciones cooperativas que beneficien a los trabajadores de la educación, la ciencia, la técnica y la cultura”.

El punto se reduce más o menos a esto: Alarcón reclama los derechos que, efectivamente, tiene cualquier ciudadano de a pie de elegir y ser elegido, y hasta de llegar a ser presidente de la república, si lo desea (y si puede). Eso no tiene discusión. El detalle está en que él es dirigente de un sindicato que no contempla en sus estatutos disputar el poder, ni siquiera por la legítima vía de la democracia, pero él sí habla de sostener el paro, del cual es uno de sus organizadores, con un propósito claro: “Llegar al 2022 y seguir mucho más allá para derrotar al Centro Democrático, para derrotar a la ultraderecha y llegar al poder en el 2022″.

Preguntado en la emisora por si no le daba “pena con todas esas personas y los familiares que han perdido a los más cercanos en una lucha social y no política”, Alarcón volvió a otro lugar común: “No, es que aquí confunden la política con la politiquería. Hoy lo que tiene dañado a nuestro país es la politiquería, la corrupción…”.

“¿Y usted no está haciendo politiquería?”, le preguntaron, y el dirigente sostuvo: “No, estoy haciendo política, como actor y sujeto político”.

El caso provocó un editorial de Gustavo Gómez, de Caracol Radio, que resume la perplejidad de buena parte del país por la postura de Alarcón: “Comete el representante de Fecode […] un despropósito que no es menor: atenta contra la transparencia de los reclamos sociales y da pasos sobre las arenas movedizas de la política. Se rajan quienes representan la educación pública y dejan sobre la mesa de diálogo, sobre el pupitre de lo público, unos intereses ocultos que ahora emergen para recordarnos que en este país siempre podemos superarnos en estulticia, en ausencia de transparencia y, también, en el cultivo de aquella maleza que es la promoción de agendas ocultas”.